- Xavier Nava en dificultades// El ácido de la realidad// Su equipo no ayuda// La guerra con los Gallardo//En el PAN ya no lo quieren.
Ya se sabe que el poder tiende a corromper y saca a la luz la verdadera personalidad de quienes lo ejercen. La historia política local y nacional está llena de ejemplos que prueban esta afirmación.
Corrupción, abuso de poder, impunidad, opacidad e ineptitud son algunas de las prácticas que desprestigian a quienes hace un mal uso de un cargo público.
Funcionarios de gobierno, diputados, policías, jueces y magistrados son señalados con índice de fuego y condenados en el tribunal de la opinión pública cuando traicionan la confianza de los ciudadanos.
Xavier Nava en zona de peligro, agobiado por las dificultades de gobernar.
Un buen candidato no es necesariamente un buen gobernante. Ya en 1985 el político estadounidense Mario Cuomo puso en circulación una frase que daba cuenta de esta realidad: “se hace campaña en poesía, pero se gobierna en prosa”.
En campaña se enamora al electorado con discursos y promesas que seducen. Pero ya en el gobierno la lógica es otra, hay que dar resultados.
Xavier Nava ha tenido la oportunidad de vivir esta experiencia. Contra todo pronóstico derrotó en las urnas a Ricardo Gallardo Juárez que en apariencia era un adversario invencible por las clientelas y alianzas políticas que lo arropaban y por el dinero con el que contaba para competir. Nava lo hizo morder el polvo pero ahora en el gobierno municipal sus resultados son escasos y está teniendo serios problemas para gobernar.
Gobernar es un oficio complicado que se ejerce en solitario y que frecuentemente es incomprendido. No son suficientes las buenas intenciones. Tampoco ayuda en las horas difíciles ser heredero de un linaje distinguido. El abuelo del alcalde, el doctor Salvador Nava, no puede venir en su auxilio para decirle qué debe hacer al momento de tomar decisiones trascendentes. Si acaso Xavier Nava puede realizar un ejercicio de meditación y revisar de manera objetiva el legado ético y político que le dejó el galeno y actuar en congruencia.
A unos meses de gobernar el municipio más importante del estado Xavier Nava ha empezado a vivir la experiencia de ser sometido al ácido de la política tal y como es: cruenta, venenosa e ingrata.
Estos primeros meses de gobierno se han consumido en una feroz guerra de trincheras en contra su antecesor Ricardo Gallardo Juárez. Ha sido un ejercicio desgastante con un final incierto. Denuncias van y vienen y las autoridades competentes no resuelven ni aplican sanciones. Son lentos y mientras tanto Xavier Nava se erosiona y pierde legitimidad.
Adicionalmente hay evidencia de que su equipo de gobierno no tiene experiencia ni ha sabido estar a la altura de las circunstancias.
Un ejemplo perfecto de esta naturaleza ambigua lo hemos visto en el más reciente resbalón que tuvo el gobierno municipal al desalojar de manera abusiva a la ex oficial del Registro Civil número 11, María Teresa Carrizales Hernández.
Por esta acción desmedida y de trato indigno la Comisión Estatal de Derechos Humanos inició un expediente de queja por considerar que se violentaron los derechos humanos de la víctima a la legalidad, la integridad y la seguridad personal.
La afectada ya acudió también al Congreso del Estado para pedir a los diputados iniciar juicio político en contra del alcalde y ha trascendido que está por radicar una denuncia ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Los tenaces enemigos de Nava, los Gallardo, no van a desaprovechar este desliz e intentarán tumbar al secretario del Ayuntamiento Sebastián Pérez García que fue el que ordenó el desalojo y al titular de la Dirección General de Seguridad Pública Municipal Edgar Jiménez Arcadia quien encabezó personalmente el torpe operativo.
El hoyo en que se haya metido Xavier Nava por este caso con apariencia de abuso de autoridad también está siendo aprovechado por quienes en el PAN no lo quieren como su candidato a la gubernatura. No solo le han retirado el apoyo sino que además están pidiendo que se castigue a los responsables para provocar un daño colateral al alcalde para que sus aspiraciones de competir por la gubernatura se vayan al bote de la basura.
El alcalde Xavier Nava vive horas difíciles. Está metido en un callejón sin salida. Vamos a ver cómo sale de esto. Va a estar difícil.
El proceso de elección de dirigentes nacionales en el PRI se ha complicado. El barco tricolor se tambalea en medio de una tempestad provocada por conspiraciones, deserciones y deslealtades encabezadas por distinguidos miembros de su élite.
Para sus adversarios este conflicto representa el último clavo que remachará su ataúd. Así lo pregonan extasiados y con los ojos al revés los que ahora cantan un réquiem por el eterno descanso de su alma.
Pero hay demasiado dramatismo y mala fe en esta interpretación. Ya en otras ocasiones los enemigos del PRI han vaticinado su muerte, profecía que nunca se han cumplido.
Es cierto que la renuncia del doctor José Narro Robles como militante y aspirante a la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional ha provocado estragos en la credibilidad de un proceso que apenas comienza.
La deserción del ex rector de la UNAM es un fenómeno que revela los profundos desacuerdos que existen en la élite priista. Veamos.
El doctor Narro formó parte del gabinete de Peña Nieto y a finales de ese gobierno Emilio Gamboa, Manlio Fabio Beltrones y otros miembros de la clase política priista le hicieron creer que podía ser el candidato a la presidencia de la república. La promesa no se cumplió y el doctor no se sintió entonces agraviado ni tampoco se sublevó. Mantuvo lealtad y disciplina con su jefe político y con el PRI, incluso respaldó la decisión de postular a José Antonio Meade, un funcionario que ni priista era.
Expulsados del poder presidencial por Morena una parte de la llamada Nomeklatura priista decidió ante la cercanía del relevo de dirigentes nacionales cooptar a Narro para utilizarlo como moneda de cambio. Los más zorros, Beltrones y Gamboa, sedujeron al galeno y lo convencieron de jugar en el proceso interno. Estos siniestros personajes querían a través de Narro quedarse con lo que quedaba del PRI para explotar la marca y sus 9 millones de votos. Tal y como lo hicieron con Fox y Calderón durante “La docena Trágica” (2000- 2012). En ese entonces a estos maquiavélicos personajes no les pareció indigno negociar con el titular del Poder Ejecutivo.
Sucedió entonces que con la asesoría de estos dos viejos lobos de mar, Narro hizo una precampaña por todo el país para ganar adeptos, pero su acercamiento con las bases priistas tuvo una pobre recepción. De nada le sirvieron sus 46 años de militancia, al final nunca pudo entender la naturaleza profunda de la cultura política priista. Fue engañado y manipulado por la perversidad de Beltrones y Gamboa que ya se relamían los bigotes pensando que seguirían deleitándose con las mieles que escurren del poder.
El diablo metió la cola en esta conspiración y los sueños de seguir exprimiendo al PRI se fueron al caño. Surgieron otros proyectos alternativos, uno encabezado por Alejandro Moreno, “Alito”, y otro comandado por Ivonne Ortega.
Despechados, Manlio y Gamboa decidieron emprender un lance temerario cuyo propósito era desprestigiar y descarrilar el proceso electivo de dirigentes. Nuevamente usaron a Narro para sus siniestros planes.
Esto explica por qué cuando se publicó la Convocatoria y vislumbrando que sus posibilidades de triunfo eran pocas, Narro decidió patear el tablero de juego e inventar una teoría de la conspiración para justificar su renuncia al PRI.
Estos motivos que Narro no admitiría en público despiertan suspicacias. Asombran sobre todo las acusaciones que lanza contra su antiguo jefe Enrique Peña Nieto. La narrativa con la que justifica su pretendida congruencia al renunciar despide un fuerte olor a resentimiento. Como todo buen académico que se ha leído la teoría de la propaganda al despedirse puso en marcha uno de los principios más corrosivos: “Calumnia que algo queda”.
Hay que destacar que a pesar de la rudeza con que Narro se fue del PRI, sólo ha recibido como respuesta muestras de cortesía y reconocimiento a su trayectoria. Se ha respetado su derecho a disentir y a ejercer la crítica. Pudo haberse quedado en lo que fue su partido durante 46 años, competir y denunciar durante los 40 días de proselitismo y durante los dos debates programados (17 de julio y 7 de agosto) todo aquello que según él está mal. No quiso hacerlo.
Ahora tal vez está por ocurrirle al muy dramático, en los próximos días se va a enterar que Gamboa y Beltrones acabaron negociando con los ganadores de la contienda del próximo 11 de agosto.
En el PAN ha comenzado claramente la disputa para ganar la candidatura a gobernador. No es el tiempo más oportuno pero el empuje de los aspirantes ha desbordado las reglas y el calendario electoral.
Este partido se ha recuperado de la derrota sufrida a manos de Morena el año pasado. Ha curado sus heridas y está reorganizándose para ir por la revancha en las elecciones de 2020 y 2021. No ha perdido la pasión por el poder. Se prepara para dar la pelea contra el partido del presidente López Obrador.
Es visible el ímpetu que está adelantando los tiempos de la sucesión. Este arrebato tiene como motor las ambiciones de algunos aspirantes a la gubernatura. Así quedó de manifiesto la semana pasada cuando el senador Marco Antonio Gama y el ex alcalde de la capital Octavio Pedroza anunciaron que buscarán ser candidatos.
Estos personajes se han abierto de capa y con ello aceleran las disputas al interior del PAN ya que no son los únicos que aspiran a quedarse con la candidatura.
Los adelantados y el madruguete.
Eran las 11 de la mañana del domingo 30 de mayo y en Ciudad Valles se habían congregado militantes panistas de todo el estado para ser testigos de la inauguración de la Casa de Enlace del senador Marco Antonio Gama. Como testigos de honor se hallaban presentes el líder nacional del Partido Acción Nacional, Marko Cortés, el coordinador de la bancada panista en la Cámara de Senadores, Mauricio Kuri y el presidente estatal del blanquiazul, Juan Francisco Aguilar.
Todo parecía un simple acto de apertura de una oficina de gestión cuando de repente el líder de los senadores panistas destapó a Marco Antonio Gama como candidato a gobernador.
El pronunciamiento tomo por sorpresa al dirigente estatal Juan Francisco Aguilar, quien hasta ese ese momento se dio cuenta que su presencia estaba convalidando un madruguete por parte de Gama y sus aliados de la dirigencia nacional.
En ese instante el líder estatal no dijo nada. Dejó pasar el destape por prudencia o cortesía política. No era políticamente correcto desautorizar en esa fiesta la adelantada propuesta.
Fue hasta el día siguiente cuando Juan Francisco Aguilar inició el control de daños consciente de que la propuesta de Mauricio Kuri equivalía a dar de escobazos a un panal. Y en efecto, el avispero panista se alborotó porque el madruguete de Gama mandaba la señal de que el Comité Ejecutivo Nacional ya tiene candidato a la gubernatura. Así que muy propio y con el rostro endurecido Juan Francisco Aguilar declaró a los medios de comunicación: “No son tiempos de destapes sino de ponerse a trabajar para entregar buenas cuentas a la ciudadanía y de poder echar a andar al caballo, ya después nos preocuparemos por el jinete”.
Casualmente el día del destape de Marco Antonio Gama (domingo 30 de junio) otro destacado panista, Octavio Pedroza Gaitán, manifestaba muy orondo en una entrevista ofrecida en exclusiva a un periódico local que… "He tomado la determinación de buscar la candidatura de mi partido a la gubernatura”.
No sabemos si Octavio sabía que Gama iba a ser destapado en Ciudad Valles ese domingo pero su autoproclamación como precandidato emparejó la competencia con el senador de la república.
En el desarrollo de la entrevista realizada a Pedroza Gaitán quedó de manifiesto que tiene muy clara cuál es la ruta que debe transitar para conseguir el ansiado trofeo. Dijo al reportero que: “será un proceso largo y complejo, que en una primera etapa requerirá lograr que el PAN me considere para la postulación y después hacerle frente a la madre de todas las batallas, la elección constitucional del 2021".
La estrategia que Pedroza dibujó al periodista es muy ambiciosa pero realista, afirma que primero buscará lograr un buen posicionamiento en su partido porque se siente alejado de los militantes ya que tuvo que estar 9 años fuera del estado cumpliendo funciones de diputado y senador de la república. Después, como segundo paso, buscará construir acuerdos, relaciones transversales y vínculos con otras fuerzas política para fincar una alianza ganadora.
Posteriormente trabajará en una tercera línea estratégica para sumar ciudadanos no militantes a su proyecto.
Como puede verse el precandidato Octavio Pedroza tiene una hoja de ruta bien trazada que aspira a construir un Frente Amplio compuesto por varios partidos y organizaciones ciudadanas que le sirvan como plataforma de lanzamiento a su aspiración.
Pero esta historia no está completa. Falta saber qué piensan y que van a hacer otros y otras aspirantes del PAN a la gubernatura.
¿Qué hará por ejemplo la diputada Sonia Mendoza ante estos madruguetes? ¿Se mantendrá pasiva o actuará en consecuencia para no quedar rezagada? ¿Y Alejandro Lozano, El Boris, ya abandonó sus aspiraciones?
¿Y Xavier Nava? ¿Tiene todavía alguna posibilidad de ser postulado como candidato externo del PAN?
Por otro lado no hay que descartar que si alguno de los aspirantes panistas no consigue la nominación porque al final se impone desde la cúpula a un candidato, está viva la posibilidad de jugar a través del partido “México Libre” que están formando Margarita Zavala y Felipe Calderón. La ex pareja presidencial está urgida de conseguir votos para obtener el registro oficial de su organización y en San Luis Potosí cuenta con seguidores. Si esto llegara a ocurrir el PAN se va a dividir y sus posibilidades de éxito disminuyen.
En conclusión: En el PAN ya se adelantó la disputa por la nominación a la candidatura a gobernador y a su dirigente estatal le están brincado las trancas.
La incertidumbre provoca angustia, dudas, desvelos. Es incomodo vivir sin saber qué nos depara el destino. Esto quizás porque “es en el futuro donde pasaremos el resto de nuestras vidas”. Por eso buscamos estar al tanto de lo qué puede pasar.
Para aplacar la zozobra algunos recurren a las predicciones de los horóscopos o consultan a los Arcanos del Tarot, otros más piden el consejo de un vidente.
En el mundo de la política ocurre algo parecido. La mayoría de “los grillos” practican el juego del Tapado, deporte nacional que consiste en intentar adivinar quiénes pueden llegar a los cargos de elección popular.
Hay muchos que lo practican en forma rupestre, son falsos profetas. Pero hay otros que utilizan metodologías creadas por la Ciencia Política. Investigan, documentan, analizan, construyen escenarios y luego hace prospectiva (predicciones). Otros más acuden a las encuestas para obtener evidencia acerca de los actores políticos que pueden llegar a obtener algún cargo.
En San Luis Potosí faltan todavía dos largos años para que haya elecciones pero el juego del Tapado ya se hizo presente. Periodistas, académicos, analistas y políticos han empezado a teorizar acerca de quiénes pueden ser candidatos a los diversos cargos de elección popular que estarán en disputa en el 2021.
De forma destacada se observa un marcado interés en vaticinar quienes pueden llegar a ser candidatos a la gubernatura. Y aunque el reloj de las definiciones no ha marcado aun la hora de la verdad ya hay mucha especulación.
El que aspira, suspira.
A pesar del poco valor predictivo que puede tener en estos momentos incluir o descalificar a los potenciales aspirantes a gobernador vamos a señalar a los que ya se han instalado en las agitadas corrientes de especulación y trascendidos.
En Morena, partido que es percibido como el más fuerte y enemigo a vencer en 2021 se señala a Gabino Morales Mendoza como el más adelantado de los aspirantes por su cercanía con el presidente Andrés Manuel López Obrador y por el control que tiene de los presupuestos y programas asistenciales que le permiten ir construyendo bases de apoyo que pueden convertirse en votos. Como funcionario público aún no ha mostrado un desempeño sobresaliente que lo acredite como hombre de Estado. Sin embargo los que apuestan por él confían en el afecto que le dispensa el presidente de la república para afirmar que puede ser candidato a gobernador.
Tenemos también a Esteban Moctezuma Barragán, actualmente secretario de Educación del gobierno federal. Es un político profesional con amplia trayectoria en el sector público y privado. Su desventaja es el insuficiente arraigo que tiene en el estado, obstáculo que no le quita posibilidades.
Luego hay que contar al senador Primo Dothe Mata que se ha dejado seducir por el canto de las sirenas y ha pregonado a los cuatro vientos que él también quiere.
No hay que descartar a Leonel Serrato, abogado y militante histórico del movimiento ciudadano y uno de los herederos del navismo. Es un hombre preparado, firme en sus convicciones y habilidoso para operar políticamente.
Otro que ya abrió sus aspiraciones es el historiador y antropólogo Joaquín Muñoz Mendoza un prestigiado académico e investigador que en 2015 fue candidato a la presidencia municipal por Morena en la ciudad capital.
El antropólogo ha sido un duro crítico de las desviaciones y errores de los dirigentes locales de Morena. Es un hombre preparado, con prestigio y cuenta a su favor su perfil ciudadano.
En el PAN hay bastantes aspirantes. En su interior habitan distintos grupos que están luchando para conseguir la nominación. Y aunque hay divisiones y agravios es probable que al final no se fracturen. Este partido puede ser unos de los más competitivos en 2021.
Como precandidatos destacan Marco Antonio Gama Basarte, Sonia Mendoza, Octavio Pedroza, Alejandro El Boris Lozano y Xavier Azuara.
Xavier Nava se cocina aparte. Podría ser postulado por Acción Nacional pero además respaldado por otros partidos políticos. Sus estrategas trabajan para que sea el candidato de un Frente Amplio. Sus posibilidades de éxito dependen de que haga un buen papel en el Ayuntamiento de la capital y de que gane la guerra que mantiene con el clan de los Gallardo. De lo contrario quedará fuera.
En el PRI hay también jugadores. Luis Mahbub, Gustavo Puente Orozco, Daniel Pedroza Gaitán, Jesús Ramírez Stabros, Joel Ramírez Díaz, Alejandro Leal Tovías, Fernando Chávez Méndez, Sara Rocha Medina, más un posible candidato externo que en este momento es todo un misterio.
El partido tricolor atraviesa por un momento difícil. Ha perdido fuerza y antes de definir a su candidato a la gubernatura para 2021 deberá gestionar con éxito la elección de sus dirigentes nacionales, llevar a cabo una Asamblea Nacional, conjurar cualquier brote de división y evitar la migración de militantes a Morena.
Tiene a su favor la fortaleza que se alimenta de contar con un gobernador priista que puede convertirse en el organizador de los esfuerzos colectivos priistas para conservar la gubernatura en 2021.
Por el Verde Ecologista hay que anotar a Cándido Ochoa Rojas y a Ricardo Gallardo Cardona que hoy cuentan con la franquicia de partido del tucán, pero que también podrían obtener la postulación por el partido de Morena. En ello están trabajando los polémicos Gallardo.
Finalmente hay un personaje político que podría crecer y postularse como candidato independiente, el actual alcalde de Ciudad Valles, Adrián Esper Cárdenas.
Hace un año, el primero de julio, Andrés Manuel López Obrador ganó de manera contundente las elecciones para presidente de la república. El tabasqueño sorprendió por la forma avasalladora en que triunfó. Su victoria marcó el inicio de una ruptura con el pasado. AMLO afirma haber terminado con las políticas neoliberales que durante 30 años dominaron la agenda pública del gobierno mexicano. “El cambio ya llegó”, dice, “estamos en la Cuarta Transformación de México”.
Para celebrar esta “hazaña de la democracia” este día se organiza un acto de propaganda en el Zócalo de la Ciudad de México en donde miles de seguidores del presidente aplaudirán llenos de entusiasmo el mensaje triunfal de su líder.
Se justifica que López Obrador convoque a un evento como este. Está en todo su derecho de festejar, de hacer un alto en el camino para difundir los logros de su gobierno en estos primeros 7 meses de actuación.
Para mantener altos niveles de aprobación tiene que legitimar su desempeño procurando que su visión de la realidad sea la dominante. Debe imponer a la sociedad un relato épico en el que se establezca que todo va bien, minimizar los errores y culpar a los “malvados” de los obstáculos y perturbaciones que se han presentado en estos iniciales meses de gobierno.
Pero como vivimos en una sociedad plural en la que no todos piensan lo mismo y en donde es normal que haya oposición al proyecto gobernante, las minorías partidistas, los grupos de presión y los intereses asociados a la economía global no comparte el entusiasmo de AMLO y sus seguidores.
Hay que entender y respetar la euforia con que se está celebrando este primer aniversario del triunfo de López Obrador. Pero también es necesario realizar un ejercicio de crítica que señale errores, excesos y contradicciones. Se ocupa en estos momentos llevar a cabo una lectura crítica desde otro mirador, el de la oposición. Una mirada alternativa que sosiegue la autocomplacencia, la propaganda y el engaño.
Una evaluación crítica de los primeros 7 meses de gobierno de AMLO.
Los nuevos dueños del poder se definen a sí mismos como un gobierno de izquierda. Pero para expertos en sistemas políticos López Obrador no es más que una copia del nacionalismo revolucionario del PRI de los años setenta. Lo consideran un populista que está reciclando las peores prácticas de la era predemocrática de México.
Con su llegada al poder ha regresado el culto a la personalidad, un gobierno sin contrapesos, la demagogia y la tiranía de las decisiones verticales. Ha resucitado el clientelismo político, el asistencialismo que genera discapacidad social, la intolerancia hacia los que piensan diferente, en especial hacia la prensa crítica y los intelectuales que no se someten al nuevo catecismo del gobierno.
Se aplaude al gobierno de López Obrador su lucha contra la corrupción, la impunidad y la injusticia social. Todo eso está muy bien y es lo que los votantes le ordenaron en las urnas el primero de julio de 2018.
Pero los resultados son escasos. Por ejemplo, en el combate a la corrupción da la impresión de que existe un pacto de impunidad que está beneficiando a muchos corruptos.
Por otro lado la curva de aprendizaje de los nuevos funcionarios no termina. Su desempeño deja mucho que desear. Hay demasiada improvisación y equivocaciones. Muy frecuentemente meten al presidente en serios problemas. A muchos les ha quedado grande el puesto.
Adicionalmente hay decisiones que ha tomado el gobierno de la Cuarta Transformación que son muy discutibles. Por ello en varios segmentos de la sociedad empieza a florecer el desencanto.
Veamos algunas de las más emblemáticas.
Se canceló de manera arbitraria el proyecto de infraestructura más importante que tenía el país, el aeropuerto de Texcoco. Se le reemplazó con un proyecto alternativo, el aeropuerto de Santa Lucia, el cual no cuenta con los permisos necesarios de impacto ambiental ni con las autorizaciones de estándares internacionales para poder operar. Existen además amparos otorgados por la justicia federal que están paralizado la obra.
Se derogó la reforma educativa para complacer a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
Se ha despedido a cien mil trabajadores del sector público que han pasado al desempleo condenado a sus familias a la incertidumbre y las penurias.
La generación de empleos se ha derrumbado. En el mes de mayo se registró la caída más pronunciada de los últimos años. Se quiere justificar lo anterior argumentando que hay una compensación con las becas de empleo que reciben los jóvenes ninis, pero esos no son empleos formales y tampoco son productivos.
Sigue habiendo un inaceptable desabasto de medicamentos en el sector salud. La producción de petróleo y energía ha caído. Se han cancelado las licitaciones de ductos, de explotación de crudo y gas y se ha decidido regresar al carbón y el combustóleo.
En el terreno de la economía todas las calificadoras de riesgo han reducido la calificación del país y la deuda de Pemex está a punto de convertirse en chatarra. AMLO insiste en que vamos a crecer al 4% anual, pero los pronósticos de los especialistas sostienen que el Producto Interno Bruto solo alcanzará el 1.5% anual los dos próximos años.
El 70 por ciento del presupuesto no ha sido ejercido. La seguridad se ha deteriorado significativamente. Mayo fue el mes más violento desde que existen mediciones al respecto, casi tres mil asesinatos.
Por otro lado el gobierno mexicano se doblego ante las exigencias de Trump y aceptó detener a los migrantes centroamericanos en nuestras fronteras norte y sur. Aceptamos desempeñar el indigno papel de Border Patrol al servicio del Imperio. Se van a movilizar 26 mil elementos de la Guardia Nacional para capturar a los indocumentados de Centro América y otras partes del mundo para llevarlos inmediatamente a centros de detención.
Pero aún hay más. El gobierno federal decidió dejar sin becas a los artistas, creadores, investigadores, científicos y deportistas. Retiro además el apoyo a las estancias infantiles.
Pero eso sí, les pagamos puntualmente a los jóvenes que ni estudian ni trabajan.
Estas son solo algunas evidencias de que el gobierno de la Cuarta Transformación es un manojo de contradicciones.
El presidente López Obrador está viviendo días difíciles provocados por la conducta testaruda de Donald Trump.
Han sido días de tensión y desvelo en los que las amenazas del presidente norteamericano han desestabilizado nuestra economía.
Trump insiste en aplicar impuestos abusivos a los productos de exportación mexicanos si nuestro gobierno no frena la ola de migrantes centroamericanos que buscan “El Sueño Americano”.
El presidente mexicano ha sido prudente ante las provocaciones del mandatario estadounidense.
AMLO sabe que estaba enfrenando a un necio en una lucha desigual. Así que para proteger la economía mexicana ha tenido que actuar con inteligencia y pragmatismo.
Pero a muchos mexicanos no les ha gustado el contenido del acuerdo que el pasado viernes 7 de junio se firmó con el gobierno norteamericano. Piensan que es una imposición que nos humilla. Que no se actuó con dignidad y que hemos sido sometidos a los caprichos de Trump.
Donald Trump se ha dedicado a ofender a los mexicanos acusándonos de ser Engendros del Mal. Según él somos responsables de que importantes empresas estadounidenses hayan decidido instalarse en México y no en suelo norteamericano. Se duele de que el Tratado de Libre Comercio ha beneficiado más a la economía mexicana que a la norteamericana. Nos culpa de mandarles a su país a violadores y asesinos. Alega que “México envía 500 mil millones de dólares en drogas a Estados Unidos que matan a 100 mil personas”. Pero nada dice de la tolerancia que ellos practican para que esa droga llegue a los millones de adictos que existen en aquel país. Nos regaña por no frenar las caravanas de migrantes centroamericanos que vienen huyendo de la pobreza e inseguridad que se vive en sus países de origen.
Es injusto que Trump nos culpe por todo esto. El mandatario norteamericano nos quiere aplastar. Quiere que agachemos la cabeza frente a su poderío.
Cree que los mexicanos somos tontos y que no sabemos que su discurso de odio es una treta para conseguir votos porque quiere relegirse en 2020. Con sus bravatas busca quedar bien con un segmento de votantes blancos que piensan que los mexicanos les estamos robado oportunidades de empleo y progreso.
Temporalmente el ultimátum para aplicar aranceles se detiene.
Por varios días Donald Trump estuvo amenazando con aplicar un arancel de 5% a las importaciones procedentes de México a menos que el gobierno del presidente López Obrador frenara el arribo de migrantes centroamericanos a la frontera norte.
Esta injusta medida entraría en vigor este 10 de junio provocando consecuencias devastadoras para la economía de ambos países.
La amenaza era tan absurda que empresarios norteamericanos, senadores de los partidos Demócrata y Republicano y los ex embajadores de Estados Unidos en México presionaron para que Trump desistiera y buscara una salida diplomática. El rubio presidente cedió aparentemente y hasta felicitó al gobierno de México por el acuerdo alcanzado.
¿Cuál fue el acuerdo?
México se comprometió a reducir de manera drástica el flujo migratorio de centroamericanos utilizando la Guardia Nacional. A partir de este 10 de junio 6 mil elementos de este cuerpo de seguridad serán desplegados a lo largo de la frontera con Guatemala para detener a cualquier contingente de migrantes que pretenda avanzar hacia los Estados Unidos. Esta medida ha generado fuerte críticas porque significa militarizar la frontera sur y porque pone en riesgo los derechos humanos de los migrantes ya serán enviados a centros de detención parecidos a un gueto o campo de concentración. Con esta acción se criminaliza a los migrantes.
El segundo acuerdo consiste en fortalecer el programa denominado Permanecer en México a través del cual todos los solicitantes de asilo que ya cruzaron a los Estados Unidos serán regresados sin demora a territorio mexicano y aquí deberán esperar la resolución de sus casos por parte de las autoridades estadunidenses. Con esta medida México se convierte en la policía preventiva del Imperio para hacer el trabajo sucio y se confirma como patio trasero de los norteamericanos.
En el tercer acuerdo del convenio se establece que si éstas medidas no brindan los resultados deseados, se retomarán las pláticas para volver a acordar otras acciones posibles en un plazo máximo de 90 días.
El mitin de Tijuana: “Acto de unidad en la defensa de la dignidad de México y en favor de la amistad con los Estados Unidos”.
Luego de este desventajoso acuerdo con el gobierno Norteamericano el presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó un acto multitudinario en la ciudad fronteriza de Tijuana el pasado sábado 8 de junio.
Ante gobernadores, diputados, senadores, líderes religiosos y miles de ciudadanos dijo que “México y Estados Unidos no son vecinos distantes, ya que han sabido cooperar mutuamente y mantener una relación fraterna a pesar de los episodios de hostilidad que han tenido en épocas pasadas”.
En el evento el mandatario mexicano envió un mensaje al pueblo norteamericano manifestando que su gobierno colaborará para resolver el problema asociado al flujo migratorio, el cual, dijo, surge ante las carencias e inseguridad en los países centroamericanos y llamó a los países desarrollados, como Estados Unidos y Canadá, a trabajar en la mitigación de este flagelo en Centroamérica a través del desarrollo de oportunidades en esas naciones.
Pero a pesar de las buenas intenciones del presidente López Obrador todo indica que Trump seguirá usando a México como piñata. El convenio que se ha firmado no garantiza que el presidente norteamericano detenga su actitud provocadora.