El presidente López Obrador está viviendo días difíciles provocados por la conducta testaruda de Donald Trump.
Han sido días de tensión y desvelo en los que las amenazas del presidente norteamericano han desestabilizado nuestra economía.
Trump insiste en aplicar impuestos abusivos a los productos de exportación mexicanos si nuestro gobierno no frena la ola de migrantes centroamericanos que buscan “El Sueño Americano”.
El presidente mexicano ha sido prudente ante las provocaciones del mandatario estadounidense.
AMLO sabe que estaba enfrenando a un necio en una lucha desigual. Así que para proteger la economía mexicana ha tenido que actuar con inteligencia y pragmatismo.
Pero a muchos mexicanos no les ha gustado el contenido del acuerdo que el pasado viernes 7 de junio se firmó con el gobierno norteamericano. Piensan que es una imposición que nos humilla. Que no se actuó con dignidad y que hemos sido sometidos a los caprichos de Trump.
Donald Trump se ha dedicado a ofender a los mexicanos acusándonos de ser Engendros del Mal. Según él somos responsables de que importantes empresas estadounidenses hayan decidido instalarse en México y no en suelo norteamericano. Se duele de que el Tratado de Libre Comercio ha beneficiado más a la economía mexicana que a la norteamericana. Nos culpa de mandarles a su país a violadores y asesinos. Alega que “México envía 500 mil millones de dólares en drogas a Estados Unidos que matan a 100 mil personas”. Pero nada dice de la tolerancia que ellos practican para que esa droga llegue a los millones de adictos que existen en aquel país. Nos regaña por no frenar las caravanas de migrantes centroamericanos que vienen huyendo de la pobreza e inseguridad que se vive en sus países de origen.
Es injusto que Trump nos culpe por todo esto. El mandatario norteamericano nos quiere aplastar. Quiere que agachemos la cabeza frente a su poderío.
Cree que los mexicanos somos tontos y que no sabemos que su discurso de odio es una treta para conseguir votos porque quiere relegirse en 2020. Con sus bravatas busca quedar bien con un segmento de votantes blancos que piensan que los mexicanos les estamos robado oportunidades de empleo y progreso.
Temporalmente el ultimátum para aplicar aranceles se detiene.
Por varios días Donald Trump estuvo amenazando con aplicar un arancel de 5% a las importaciones procedentes de México a menos que el gobierno del presidente López Obrador frenara el arribo de migrantes centroamericanos a la frontera norte.
Esta injusta medida entraría en vigor este 10 de junio provocando consecuencias devastadoras para la economía de ambos países.
La amenaza era tan absurda que empresarios norteamericanos, senadores de los partidos Demócrata y Republicano y los ex embajadores de Estados Unidos en México presionaron para que Trump desistiera y buscara una salida diplomática. El rubio presidente cedió aparentemente y hasta felicitó al gobierno de México por el acuerdo alcanzado.
¿Cuál fue el acuerdo?
México se comprometió a reducir de manera drástica el flujo migratorio de centroamericanos utilizando la Guardia Nacional. A partir de este 10 de junio 6 mil elementos de este cuerpo de seguridad serán desplegados a lo largo de la frontera con Guatemala para detener a cualquier contingente de migrantes que pretenda avanzar hacia los Estados Unidos. Esta medida ha generado fuerte críticas porque significa militarizar la frontera sur y porque pone en riesgo los derechos humanos de los migrantes ya serán enviados a centros de detención parecidos a un gueto o campo de concentración. Con esta acción se criminaliza a los migrantes.
El segundo acuerdo consiste en fortalecer el programa denominado Permanecer en México a través del cual todos los solicitantes de asilo que ya cruzaron a los Estados Unidos serán regresados sin demora a territorio mexicano y aquí deberán esperar la resolución de sus casos por parte de las autoridades estadunidenses. Con esta medida México se convierte en la policía preventiva del Imperio para hacer el trabajo sucio y se confirma como patio trasero de los norteamericanos.
En el tercer acuerdo del convenio se establece que si éstas medidas no brindan los resultados deseados, se retomarán las pláticas para volver a acordar otras acciones posibles en un plazo máximo de 90 días.
El mitin de Tijuana: “Acto de unidad en la defensa de la dignidad de México y en favor de la amistad con los Estados Unidos”.
Luego de este desventajoso acuerdo con el gobierno Norteamericano el presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó un acto multitudinario en la ciudad fronteriza de Tijuana el pasado sábado 8 de junio.
Ante gobernadores, diputados, senadores, líderes religiosos y miles de ciudadanos dijo que “México y Estados Unidos no son vecinos distantes, ya que han sabido cooperar mutuamente y mantener una relación fraterna a pesar de los episodios de hostilidad que han tenido en épocas pasadas”.
En el evento el mandatario mexicano envió un mensaje al pueblo norteamericano manifestando que su gobierno colaborará para resolver el problema asociado al flujo migratorio, el cual, dijo, surge ante las carencias e inseguridad en los países centroamericanos y llamó a los países desarrollados, como Estados Unidos y Canadá, a trabajar en la mitigación de este flagelo en Centroamérica a través del desarrollo de oportunidades en esas naciones.
Pero a pesar de las buenas intenciones del presidente López Obrador todo indica que Trump seguirá usando a México como piñata. El convenio que se ha firmado no garantiza que el presidente norteamericano detenga su actitud provocadora.