- Caminan como si nada pasara en SLP.

Parece que nada les importa. Como si el Estado de San Luis Potosí ya hubiera superado los últimos lugares del desarrollo o los primeros en inseguridad pública.

Caminan por la Calzada de Guadalupe, reparada por cierto por el Alcalde Ricardo Gallardo Cardona y junto a la Caja del Agua, rehabilitada también por empresarios liderados por Jacobo Payán Latuff, afines al Gobierno Municipal, como si todo fuera perfecto y no hubiera ni una familia agraviada en la entidad.

Parece no preocuparles la miseria, el abandono, la falta de empleo, las ejecuciones, los homicidios dolosos, los asaltos, el robo a casa-habitación y el hambre que hay en miles de potosinos.

Juan Manuel Carrerad López, Gobernador y Alejandro Leal Tovías, secretario de Gobierno, parecen debatiendo el futuro político del PRI, de Enrique Galindo Ceballos, a quien se "escabecharon" en la víspera del registro de fórmulas priístas al Senado.

¡Mi reino por sus secretos!, diría el Maestro David Rangel Tapia.

Quizá disciernes sobre cómo parar a Ricardo Gallardo que mañana recibirá el férreo espaldarazo de Manuel Granados Covarrubias, líder nacional del PRD en un magno evento la Plaza de Los Fundadores.

Nadie los saluda. No vienen de la Basílica de Guadalupe, ni tampoco del Internado Infantil. Venían de la 12a. Zona Militar, pero por más esfuerzos que hagan, las cosas no les salen. ¡La sociedad vive con miedo, tú vives con miedo, yo vivo con miedo!.

La escolta, discreta atrás suyo, no va atenta. Llevan su mirada en el Facebook y en el WhatsApp. No hay quién increpe al Ejecutivo, ni un reclamo, ni una mentada de madre.

Es buena señal para ellos... pero muy mala señal para nosotros. La sociedad es blandengue, no pasa nada, nadie alza la mano y si la alzan, como Jesús Sierra Acuña le caen encima con todo el poder.

Ellos que caminen tranquilos por su San Luis Potosí, el de oropel, el diáfano, el traslúcido, el impoluto, el incólumne, el de los hechos aislados, el del "son mañosos".

Nosotros, nuestro San Luis Potosí, ese de sangre y fuego, de miseria y marginación, de falta de oportunidades... ése, ese es el de verdad y en el que estamos preocupados en hacer de él mucho más y sí, de hacerlo también mucho mejor de lo que ellos lo están dejando.