- Fue férreo defensor de la cultura indígena y de sus derechos.

- Médico tradicional, profesor, gran investigador y escritor.

San Luis Potosí, SLP.- Juan Carlos Soni Bulos, férreo defensor de los pueblos y comunidades indígenas, escritor, ombudsman de los derechos humanos y mecenas del talento huasteco, murió hoy en Hidalgo.

Con recia mirada y profundos ojos verdes, Juan Carlos Soni Bulos era poseedor de una poderosa fuerza espiritual. Nació en San Vicente Tancuayalab y fue el hijo pródigo de una prolija familia.

“Juanito”, como le llamaban amigos, era profesor de Ciencias Sociales, escritor, estudioso de la antropología y médico botánico. Fue gurú de muchos políticos y un experimentado curandero.

Era fiel a su ritual y acudía con regularidad a su sitio sagrado enclavado en una zona selvática de Tancanhuitz, en el centro de la región Huasteca. Ahí fundó una Organización No Gubernamental llamada Academia Cultural Indígena de la Huasteca Potosina.

En su búnker espiritual, trabajaba como médico botánico y se daba tiempo para defender los derechos humanos de sus hermanos indígenas, a quienes hablaba en idiomas Tének y Náhuatl.

Era el médico blanco, nacido con dones desde niño para curar y sanar por medio de la botánica y las energía de todo lo sagrado.

Entre sus trabajos destacados están, la "limpia" de las oficinas centrales de Pemex y la de su entonces presidente Roberto Hernández; la sanitización del salón de Plenos “Ponciano Arriaga Leija” Del Congreso del Estado de San Luis Potosí y en su tiempo, el 22 de septiembre de 2009, en el alba de la legislatura, la curul de su hermano Jesús Soni Bulos.

Fue amigo de Angélica Vale y en su haber destaca trabajar con artistas, empresarios y políticos de México. Enriqueció su acervo cultural y de medicina tradicional en Perú, Colombia y otros países con una fuerte influencia en el tema del shamanismo.

INJUSTO ENCIERRO

El 9 de noviembre de 2013 Juan Carlos Soni fue detenido de forma ilegal y golpeado dentro de su domicilio en Tanquián, San Luis Potosí por presuntos elementos de la Secretaría de Marina. Junto con él arrestaron a 4 personas más, incluído su sobrino, pero en Marzo del 2015 fueron dejados en libertad por el Juzgado 7º. De Distrito con sede en Valles, dictando sentencia absolutoria de todas las acusaciones en su contra.

Ante el tamaño de la injusticia, la Organización de las Naciones Unidad para la defensa de los Derechos Humanos (ONUDH), apoyó la defensa de Soni Bulos con cinco Procedimientos Especiales, que notificaron a la Misión Permanente de México en Ginebra, Suiza y hasta el Relator Especial sobre casos de Tortura, Juan Méndez.

Éste, siguió personalmente el caso y hasta visitó en prisión a Juan Carlos Soni en el Cefereso de Tepic, Nayarit, en abril del 2014.

Libre ya, Juan Carlos Soni Bulos inició una nueva etapa de lucha, pero ahora contra las autoridades que los recluyeron en prisión de forma ilegal e incluso, habló ante el Senado de la República para pedir alto a la tortura y detenciones arbitrarias, exigiendo además la reparación del daño moral hecho a su persona y el agravio a su trabajo como escritor, médico botánico y luchador social indígena.

DEFENSOR DE LA TIERRA

El trabajo de Juan Carlos Soni, se extendió a más areas, pues en 1995 defendió a los indígenas y de forma especial, libró una férrea batalla en el 2004 para defender la Cueva del Maam, que significa Dios Viejo, en Huehuetlán, San Luis Potosí, la cual había sido cerrada por particulares.

Soni, luchó por reabrir el acceso a un altar indígena huasteco náhuatl venerado por siglos. El resultado final fue, la reapertura del sitio sagrado para ofrendar en los rituales tradicionales.

JUANITO, EL BOTÁNICO

Como gran conocedor de la selva Huasteca, Juan Carlos sabía de hierbas curativas y semillas ancestrales para el desarrollo de medicinas y cataplasmas para sanar heridas.

Impulsó la conservación étnica, tanto en la indumentaria típica, como en sus artesanías y danzas autóctonas milenarias, como el Tzakam som y Pulik som, que dan homenaje a la Madre Tierra y a los elementos naturales por los frutos que otorgan.

¡Descanse en Paz!, Juan Carlos Soni Bulos.