- De liquidación recibió casi 200 mil pesos y… sigue en la nómina.
Durante el proceso de “limpia” en la Auditoría Superior del Estado (ASE), uno de los que salieron como tapón de sidra despedidos por no justificar una labor precisa en la institución, el 18 de enero de 2016, fue Hugo Israel Luna Cano, quien fungía como chofer del hijo de la diputada local Delia Guerrero Coronado, Pedro Rafael García Guerrero, incrustado en la dependencia como auditor.
Sin embargo, 20 meses después, la actual titular de la Auditoría -en ese entonces encargada de despacho-, Rocío Elizabeth Cervantes Salgado, lo liquidó con un cheque de Banorte por 193 mil pesos de indemnización laboral, el 1 de septiembre de 2017, debido a que presentó una serie de demandas penales y una laboral, con el fin de presionar a las autoridades.
Pero no fue suficiente, pues ese mismo año después de la destitución de José de Jesús Martínez Loredo, fue recontratado por la funcionaria, quien le dio una mejor posición que la de aviador o “chofer” de un ayudante de auditoría, al designarlo como Supervisor de campo.
Cabe señalar que la denuncia que puso al descubierto todo, la hizo en el 2016 la organización Ciudadanos Observando, que dirige José Guadalupe González, al publicar en su página web y red social: “El día de hoy trascendió que Hugo Israel Luna Cano, que fungía como chofer del hijo de la ahora Diputada Federal Plurinominal Delia Guerrero ya fue dado de baja, siendo el primero de una larga lista de personas”.
Continuó el comunicado de Ciudadanos Observando: “En cuanto se enteró de esta depuración de parásitos en la Auditoría, Delia Guerrero se llenó de cólera y con tremendo berrinche ha intentado presionar para que sus recomendados sigan saqueando los recursos públicos”.
El organismo civil, recordó que también salieron dos recomendados de la ex diputada Raquel Hurtado Barrera y de la ex legisladora local Ruth Tiscareño.
Hasta este momento, muchos de la larga lista de recomendados de los diputados y funcionarios enquistados en la ASE, siguen cobrando o fueron removidos a otras posiciones, con el fin de atemperar las duras críticas sociales y en medios de comunicación que pusieron al descubierto el tráfico de influencias en la Auditoría Superior.