- Morena, el gran perdedor. Al PRI no le fue tan mal, el Verde, gran ganador.
Después de la elección del 6 de junio los partidos políticos están obligados a hacer una evaluación de cómo les fue. Los electores han enviado un mensaje a través de las urnas que debe ser descifrado.
Con objetividad, sin auto complacencias y con una buena dosis de autocrítica, deberán identificar qué hicieron bien y en dónde se equivocaron. Deben recordar que en política no hay triunfos definitivos ni derrotas permanentes.
Irrumpe otra clase política
En San Luis Potosí el dato más notable es la alternancia en el Gobierno del Estado. Un partido distinto a los tradicionalmente dominantes (PRI y PAN) ganó la gubernatura, el Partido Verde Ecologista deMéxico.
Este fenómeno ha dibujado un nuevo mapa político y ha empoderado a otra clase política. La derrota de liderazgos tradicionales del PRI y del PAN es un primer mensaje que los partidos deben analizar. ¿Fue por hartazgo o se expresó un voto de castigo?. Ésta es una de las interrogantes que deben contestar.
Resulta explícito que los electores votaron por un cambio de élites políticas. Este mensaje debería ser interpretado como un mandato para acelerar al interior de los partidos políticos un relevo generacional.
Cientos de jóvenes en cada instituto político han trabajado por años para conseguir una oportunidad que les permita competir por un cargo de elección popular y no han sido tomados en cuenta.
Si los partidos quieren vender futuro y esperanza deberían pensar en renovarse, comenzando por dar oportunidad a las nuevas generaciones.
El gran perdedor
Morena, que es la primera fuerza política del país, sufrió en San Luis Potosí una derrota contundente. Siendo el partido en el poder, el que mayormente pudo haberse beneficiado de la popularidad del Presidente de la República y de la gratitud de miles de beneficiarios de los programas sociales, no pudo refrendar los triunfos que obtuvo en 2018.
El partido fundado por Andrés Manuel López Obrador, fue víctima de una conjura perpetrada por Mario Delgado Carrillo. Arreglos vergonzosos con los directivos del Partido Verde, provocaron caos, división y finalmente la derrota de Morena.
Imposición de candidatos, un grosero ninguneo a los auténticos militantes y una pésima operación política, propiciaron el fracaso.
Morena se fue hasta el tercer lugar en la contienda por la gubernatura, perdió presencia en el Congreso del estado, no ganó ni una sola diputación local de mayoría y sólo vencióen cuatro municipios del estado.
Estos resultados muestran que el Movimiento de Regeneración Nacional en San Luis Potosí es una zona de desastre.
En el corazón de sus militantes fermenta un sentimiento de agravio por la traición de su dirigente nacional al que hacen responsable de la derrota sufrida.
PAN, el reparto de culpas
“La victoria tiene muchos padres, la derrota es huérfana”.
Si Acción Nacional hubiera ganado la gubernatura otro estado de ánimo palpitaría en las filas de sus militantes. Pero en política el “hubiera” no existe.
Frente a la derrota lo que domina es el reparto de culpas. Los más insidiosos culpan desde la comodidad de sus despachos a los dirigentes estatales; acusan a los coordinadores generales de campaña, los tildan de infantilismo político.
Algunos señalamientos cargados de veneno atribuyen la derrota a excesos de soberbia, agandalle, falta de planeación, desgobierno interno y a que se tomaron decisiones contradictorias y excluyentes.
“Haiga sido como haiga sido”, en lo inmediato los dirigentes y militantes del PAN están obligados a evitar que las diferencias se ahonden y con la cabeza fría deberán hacer una evaluación objetiva y autocrítica de lo que pasó.
Al PRI no le fue tan mal
A pesar de que a nivel nacional el PRI sufrió grandes pérdidas (8 gubernaturas que tenía en su poder se esfumaron y sólo ganó once diputaciones federales en todo el país (de mayoría relativa) de las 300 que estuvieron en disputa, estuvo presente en 20 triunfos de candidatos a alcaldes.
Por ello, a partir del primero de octubre gobernará más de un millón 366 mil potosinas y potosinos, el 44 por ciento de la población total del estado. Pero en San Luis Potosí fue distinto.
Fue parte de 20 estrategias ganadoras a nivel municipal. De estos 20 triunfos 16 se obtuvieron con candidatos propuestos por el tricolor en la coalición “Sí por San Luis”.
En cuatro alcaldías el PRI logró la reelección: Guadalcazar, Tampacán, Huehuetlán y Alaquines. Asimismo, el Revolucionario Institucional logró ganar en alianza con otros partidos en 9 municipios que no gobernaba: San Luis Potosí, Coxcatlán, San Nicolás Tolentino, Rioverde, Tanquián de Escobedo, Tamuín, Tanlajás, Real de Catorce y Matehuala.
En cuanto a legisladores locales, el partido fundado por Plutarco Elías Calles en 1929 logró llevar al Congreso del Estado a cuatro diputados, Mauricio Ramírez Konishi,
Edmundo Torrescano, Yolanda Josefina Cepeda y Alejandro Leal Tobías.
Candidatos independientes y partidos que pasaron a mejor vida.
Finalmente hay que lamentar que en la pasada contienda se comprobó que los candidatos independientes no son aceptados por los electores, el único que logró registro para competir por la gubernatura (José Arturo Segoviano García) recibió una ínfima votación (menos del tres por ciento).
También hay que tomar nota que tres partidos políticos perdieron su registro estatal al no obtener el 3% de la votación que exige la ley para seguir vigentes: El Partido Encuentro Solidario (PES), Partido Fuerza por México (FXM) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).