Los militantes de Morena en San Luis Potosí han conseguido una victoria ética sobre quienes pretendieron imponerles una alianza con el Partido Verde. Ante la arbitrariedad se defendieron atrincherándose en los principios y valores que los definen. La cultura de la imposición fue derrotada. Bases y dirigentes se organizaron, alzaron la voz y dejaron en claro que en territorio potosino mandan los militantes. Defendieron con pasión la vigencia de sus Estatutos y el derecho a decidir de manera democrática. Su rebeldía mando un duro mensaje a Mario Delgado Carrillo, nuevo dirigente nacional de Morena. Le dieron un bautizo de fuego para recordarle que el origen de su poder como líder se basa en el principio de “mandar obedeciendo”. Esta acción de pedagogía política le va a enseñar a Delgado Carrillo que en el Movimiento de Regeneración Nacional la política sin principios es una actividad abyecta.
Cerrado este capítulo en la vida interna en Morena ahora la dirigencia nacional tendrá que intentar mantener su alianza con el Partido Verde para convencerlos de ir juntos en las candidaturas a las diputaciones federales. Para el presidente Andrés Manuel López Obrador es imprescindible conservar la mayoría calificada en la Cámara de Diputados para consumar su proyecto de la Cuarta Transformación.
El problema que ahora se presenta es que los que mandan en el Verde se sienten traicionados y su disposición para sostener la alianza ha menguado. Están llenos de despecho y están anunciando que romperán con Morena. Se ha quebrado la confianza.
Sin embargo, siendo el Partido Verde una organización harto pragmática quizás pueda rehacer su complicidad con Morena. Tontos no son y no van a ir contra sus propios intereses. Como máxima Catedral en donde se venera al Santo Patrono de la Marrullería, el Partido Verde encontrará la forma de mantenerse pegado a la ubre del partido que detenta el poder.
Lo que ahora es prioritario.
Se vivieron momentos de tensión y desencuentro en las últimas semanas en todos los partidos políticos pero finalmente ya están a la vista las alianzas que competirán por la gubernatura en 2021. Sostengo que la auténtica disputa será entre tres antagonistas muy curtidos. En un lado de la cancha tenemos a Morena y sus aliados; en el otro extremo aparece el bloque formado por el PAN, PRI, PRD y Conciencia Popular. Y como tercer competidor se asoma el Partido Verde que ha logrado consolidar su presencia en todo el estado gracias al trabajo de Ricardo Gallardo Cardona. Sólo falta conocer al candidato del Partido Movimiento Ciudadano y a los candidatos de los partidos de nuevo registro, que por mandato de ley no pueden ir en alianza con ningún instituto político por ser la primera vez que compiten, aunque en realidad ya se sabe que sus posibilidades de éxito son escasas. Actuarán como actores secundarios en estas elecciones.
Los competidores con posibilidades reales de ganar tiene ahora un nuevo desafío: acordar las alianzas para pelear en equipo en las elecciones municipales y en las diputaciones locales. Esta decisión tiene un alto valor estratégico ya que si se tiene éxito pueden formar gobiernos unificados y dominar el poder legislativo local. Con ello se gana en gobernabilidad y se garantiza contar con el presupuesto necesario para hacer realidad los planes de gobierno.
Por ello, si los partidos más competitivos quieren garantizar un triunfo rotundo, es de vital importancia que los cimientos de su estrategia sean colocados en las elecciones municipales y en las de diputados locales.
El PAN tiene una buena propuesta.
A propósito de estrategias inteligentes el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, está proponiendo que quien ocupe el segundo lugar en la elección interna en la contienda por la candidatura a la gubernatura sea postulado en automático como candidato a la presidencia municipal del Ayuntamiento de San Luis Potosí. Es una buena indemnización que evita daños colaterales. Se exorcizan los problemas post elección interna y se garantiza tener a un candidato o candidata muy competitiva. Ésta oferta no tiene desperdicio. Esperamos que la cordura impere y que el segundo lugar haga un buen cálculo político, ya que de lo que se trata es de ganar y evitar fracturas.