“Soy el amo de mi destino; soy el capitán de mi alma”. - Nelson Mandela

No temo a la ira de Dios, ni temo a la gracia del diablo. Temo fallar sin intentar, fracasar sin ganar, perder sin iniciar.
Me he quedado inmóvil a veces, muchas veces, cientos de veces, pero nunca doblegado ni de rodillas ante nada. Creo, que he dejado a salvo mi dignidad aunque mi fe se haya separado de las huellas que dejo.
He navegado por aguas turbias, pero siempre vuelvo a la suave brisa que me guía. Me quedo con lo que nunca me deja, con lo que sé, con lo que puedo, con lo que me hace sentir vivo y aunque me sienta desfallecer de cuando en cuando, algo me dice que pause, pero que nunca me detenga.
Días, noches enteras, semanas, meses y años amasé sueños, esculpí ideas, anhelos, proyectos y metas para otras almas y siempre creí en que un día acabaría de soñar, para despertar haciendo lo que siempre he amado.
No sé si mi viaje será largo, pero sé que camino con la frente en alto. No sé si el largo aliento me llevará a puerto seguro, pero el aire no dejará de entrar en mi alma para hacerme más fuerte y más tenaz de lo que nunca fui antes.
¿Qué sería Dios sin un pobre diablo como yo, intentando hacer algo en el mundo?. ¿De qué color sería mi sueño sin ganas de pintarlo con la asombrosa brocha de la imaginación?.
No me falta nada. Lo único que no tengo es miedo… lo único que me sobra es la fé.
No soy un diosero, ni me santiguo a cada esquina… pero si Jesucristo se atreviera a cruzarse en mi sendero le diría… le diría que esta aventura la lleve a un lugar digno, honorable, de respeto.
No tengo ambición de dinero, ni quiero amasar poder para aplastar a nadie. Sólo me inclino para ayudar a alguien, sólo me detengo para impulsar a otros.
Soy un simple reportero con algo de talento… quizá no mucho, quizá más de lo que yo espero, pero es mío y eso me sirve para hacer lo que hoy hago, para provocar lo que hoy nace, lo que hoy ve la luz entre la dura sombra del desaliento.
Gracias a un adorado amigo que me dijo ¡No lo hagas!, no te irá bien!, es que hoy escribo esto. Gracias por decirme “no podrás”, porque me dio el empuje que no tenía y en el que muchos hermanos soñadores me acompañan.
Han sido días, meses de recoger palabras de aliento, de arrojar monedas a la fuente de los deseos. Hubo plegarias que nadie oyó. Gracias por ello, porque hubo puertas que me abrieron su corazón cuando no lo esperé jamás.
Tengo un maldito morral lleno de pretextos, pero una montaña de frases hermosas y de oraciones que de vez en cuando miré para no claudicar.
Hubo momentos, tristes momentos, negros momentos en que quise abandonarlo todo y dejar que la nada me atrapara. Bendita la luz de los ojos de Iván que nunca me dejaron en la oscuridad, el fuerte ¡Tú puedes! de Diana y el persistente y atosigante no te rindas de Choche, Javier y Nacho.
Gracias Pascual por todo lo que fuimos. También te debo tanto, Maestro.
Aquí está lo que tanto quise, el segundo más amado de mis hijos… hagan con él lo que quieran, pero sáquenle el jugo que yo espero tenga esta enorme idea de mi vida.
Nacemos juntos y espero una larga vida. Con todo mi amor, mi inteligencia, mi corazón, mi mente, mi energía y mi esperanza puesta, www.latenebra.com, abre sus puertas.


Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma invicta.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la Sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.⁠⁠⁠⁠

- Nelson Mandela.