Dirigentes y militantes de Morena han hecho visible que no poseen una cultura democrática. Que lo suyo es el conflicto y la trampa. Que no saben procesar de manera civilizada, transparente, legal y democrática los anhelos de su base militante.

Así quedó de manifiesto en el desastroso proceso de elección de consejeros distritales celebrado en todo el país los días 12, 13 y 20 de octubre. Padrón de votantes rasurado, falta de quorum, acarreo, presiones, amenazas, robo de urnas y violencia. Las peores prácticas de la era predemocrática.

En las entrañas de Morena se vivió el caos. En varios estados de la república, incluido el nuestro, se impidió la realización de asambleas en las que se elegirían a los consejeros distritales que tendrían derecho a votar por los candidatos que aspiran a ocupar los cargos de dirigentes.

Los conflictivos grupos de Morena enseñaron el cobre. No hubo orden, civilidad ni liderazgo que condujera con decisión, madurez y apego a estatutos el fallido intento de democracia. Lo que sí se vivió en estas asambleas fueron las trampas, los golpes, los codazos, los empujones y hasta balaceras.

Con este patético espectáculo los impulsores del “Cambio Verdadero”  confirmaron que Morena no es un partido consolidado comprometido con los valores de la democracia. Se exhibieron como una hermandad de insaciables que sólo busca apropiarse del aparato partidista para saciar  ambiciones personales y de grupo.

En las asambleas habló el lenguaje de las balas.

La violencia mancillo las asambleas de Morena. Las primeras planas del lunes 14 de octubre en los periódicos nacionales y estatales dieron cuenta de cómo en Guadalajara, Zapopan, Tequila y Puerto Vallarta, violentos morenistas acabaron enfrentándose a balazos. De este intercambio de metralla ocurrido en las bravías tierras jaliscienses resultaron seis heridos, dos de ellos de gravedad.

En Gómez Palacio, Durango, la asamblea del distrito II tuvo que ser suspendida debido a que centenares de morenistas que querían participar no pudieron hacerlo porque fueron rasurados del padrón. Al enterarse de esta estafa se armó la pelotera y comenzaron los piquetes de ojo, las cachetadas, las patadas voladoras, los escupitajos y las mentadas de madre.

En Xalapa, Veracruz, militantes de Morena también denunciaron haber sido rasurados del padrón.

En Los Mochis y Ahome (Sinaloa), Mexicali (Baja California) y Ciudad Juárez (Chihuahua), también hubo violencia y denuncias de irregularidades. En Zacatecas y en Guanajuato ocurrió lo mismo. En total se suspendieron 27 asambleas distritales, de esta primera etapa, tramitada el sábado 12 y domingo 13 de octubre. Pero la anarquía continuó este sábado 20 de octubre cuando una vez más tuvieron que suspenderse 60 de 238 asambleas distritales por una cascada de trampas e irregularidades. Ahora fue en municipios de Oaxaca, Tlaxcala, Tabasco, Campeche y la Ciudad de México en donde no se puedo realizar la elección de delegados. Ante el fracaso el Comité Ejecutivo Nacional de Morena tuvo que declarar  "estado de alerta”. 

San Luis Potosí no se quedó fuera de este horizonte de anarquía.

En el distrito VII con cabecera en Tamazunchale la asamblea fue reventada por enfurecidos militantes de Morena al comprobar que se trataba de una conspiración para favorecer  un grupo. El sabotaje fue encabezado por  Juan Rubio Trejo, quien furioso denunció que el superdelegado Gabino Morales Mendoza y sus cómplices estaban "acarreando" gente. El miedo a que se provocara una desgracia mayor orilló a que los organizadores suspendieran el evento.

En Matehuala también hubo problemas ya que uno de los líderes de Morena en aquel municipio se dedicó a presionar e intimidar a los asambleístas. Por este motivo los inconformes han amenazado con impugnar la elección de los 10 consejeros distritales que fueron tramposamente elegidos.

En Ciudad Valles la elección fue un cochinero. Cientos de militantes de Morena no aparecieron en el padrón de votantes. En esta asamblea el trabajo sucio lo realizo Flaviano Grimaldo Rodríguez por encargo del incorregible diputado Edson Quintanar Sánchez.

Por su parte y para justificar el fracaso, el actual dirigente de Morena, Sergio Serrano Soriano,  hizo responsable de la anarquía a Gabino Morales Mendoza, el súper delegado. Lo acusó de poseer y manipular para sus intereses el padrón de militantes utilizando para ello al ejército de “Servidores de la Nación”.

En respuesta a esta acusación, el adolecente político, Edson Quintanar, atacó  rabiosamente al dirigente estatal afirmando que los problemas y divisionismo registrados en las asambleas distritales "fueron consecuencia de la falta de trabajo del actual presidente Sergio Serrano Soriano, quien brilló por su ausencia y fue incapaz de contactar y dialogar con la militancia. Los resultados ahí están: Asambleas llenas de divisionismo y de pugnas internas”.

Esta es la nueva clase política que dice tener en sus manos el futuro del estado, ¡Qué pena!

Hasta el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador en su sexta visita a tierras potosinas el pasado 15 de octubre se sintió defraudado por los desfiguros cometidos por sus compañeros de partido.