Sonia Mendoza Díaz, una de las panista más sobresalientes por su amplia carrera política construida desde abajo como síndico, diputada, senadora y candidata a gobernadora en 2015, hizo reveladoras afirmaciones el pasado 9 de septiembre, en las que puso al descubierto los desarreglos que amenazan la viabilidad del Partido Acción Nacional en San Luis Potosí.

Denunció los abusos que el grupo del diputado Xavier Azuara está cometiendo para quedarse con el control del partido excluyendo a quienes le estorban en su intención de manipular la designación de candidatos en 2021.

“Xavier Azuara divide y debilita al partido, actúa como si todavía fuera su dirigente estatal”, manifestó.

Las afiladas palabras de Mendoza Díaz son un síntoma que expresa el cólico que le provoca comprobar que Xavier Azuara se ha apoderado del Consejo Estatal (máximo órgano de decisión en el estado) en complicidad con el dirigente del PAN Juan Francisco Aguilar.

En efecto, el pasado domingo 8 de agosto Azuara y Juan Francisco Aguilar operaron con artimañas para que sus aliados, amigos y familiares se quedaran con la mayoría de las posiciones del Consejo Estatal.

En la asamblea ordinaria que se llevó a cabo ese día participaron 890 delegados que eligieron a 90 consejeros estatales y ocho nacionales.

Sorprendió que una de las candidatas a Consejeras Nacionales, la diputada federal Josefina Salazar Báez, obtuviera más votos que las otras competidoras, por encima incluso de la diputada Sonia Mendoza que con apuros logró ganar una de las cuatro posiciones destinadas de antemano como cuota de género.

Los otros cuatro panistas que lograron pasar como Consejeros Nacionales a las grandes ligas fueron: Xavier Azuara, el senador Marco Antonio Gama, el regidor por la capital Cristian Azuara (primo de Xavier) y Franco Alejandro Coronado Guerra.

Luego de la elección de Consejeros hubo acusaciones en el sentido de que se utilizó un padrón a modo que favoreció al bloque de candidatos afines a Azuara y Juan Francisco Aguilar.

La importancia de pertenecer al Consejo Estatal o Nacional radica en que como Consejeros tendrán la posibilidad de influir en la selección de candidatos a diputados (locales y federales) pero sobre todo disfrutarán del privilegio de elegir al candidato a la gubernatura que defenderá los colores del PAN en los comicios de 2021.

De ahí el valor que adquiere pertenecer a estos órganos de gobierno interno.

Es por esta poderosa razón que los líderes y grupos que fueron excluidos están muy molestos.

Tal es el caso de los miembros del otrora influyente grupo denominado el “Círculo Azul” que por años comandó Héctor Mendizábal.

Adicionalmente se lastimó a figuras emblemáticas del panismo potosino como a la respetada Lidia Argüello quien fue marginada de fea manera.

Otro que vivió un calvario en la asamblea electiva fue el diputado Rubén Guajardo puesto que fue humillado con una pobre votación, además de que no puedo lograr su objetivo de convertirse en consejero nacional.

“Haiga sido como haiga sido” el hecho es que la dupla Azuara-Aguilar fortaleció su control sobre los órganos de decisión en el PAN. Pero al excluir a otros grupos que a lo largo de los últimos años han conseguido hazañas heroicas como la de ganar la gubernatura en 2003 y casi vencer en la elección de 2015 ha producido agravios que pueden dividir al PAN.

Las malas artes para ganar terreno al interior de un partido producen heridas profundas que son difíciles de sanar.

Cierto que Xavier Azuara gana terreno en su aspiración de ser candidato a gobernador, pero al mismo tiempo ha sembrado la semilla de la discordia que al germinar puede llegar a disminuir sus posibilidades de éxito en 2021.

Habrá quien justifique esta conducta de Azuara y Aguilar argumentando que el fin justifica los medios. ¿Pero, se vale de todo aunque se dañe a la institución?. Creemos que no.

Para liderazgos panistas con peso y aspiraciones como Marco Antonio Gama, Octavio Pedroza, Boris Lozano y Sonia Mendoza lo que han hecho Xavier Azuara y Juan Francisco Aguilar es dañino para su partido y se traduce en una afrenta para ellos.

CARAS Y CARETAS

Parece que Xavier Azuara está más preocupado en colocar a sus parientes en la nómina del Congreso del estado que en construir la unidad en su partido (Sonia Mendoza dixt).

Hay que recordar que a principios de agosto la organización “Ciudadanos Observando” denunció que el suegro de Xavier Azuara, Rafael Solorio Zapata, ejecuta trabajos como comandante en jefe de la “La Fuerza Aérea” del Congreso local donde se desempeña como “aviador”.

Supuestamente el señor Solorio es “asesor” del diputado Rolando Hervert y cobra 17 mil 429 pesos al mes por prestar sus servicios de alta especialidad en prácticas parlamentaria (¡Sí, Chucha! ¡Pal que te lo crea! ).