Se colaron oportunistas, tepocatas, alimañas y víboras prietas// El poder los está echando a perder// Falta disciplina, carecen de liderazgos// Hay una frágil vida institucional como partido.
En San Luis Potosí hay líderes de Morena que están traicionando el mandato que los ciudadanos les dieron en las urnas. El poder los ha desquiciado. Andan extraviados. Se comportan como si no tuvieran la monumental responsabilidad de lograr un cambio de régimen.
Los votantes no los llevaron a posiciones de mando para que repitieran los mismos vicios de la “mafia del poder”.
Han cometido errores, desviaciones, oportunismos, contradicciones e infamias que contradicen el proyecto de gobierno que impulsa el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador.
El pecado original.
A Morena llegaron todo tipo de personas. Unos con buenas intenciones y otros con perfiles gandallas para ver qué sacan. Yeidckol Polevnsky, dirigente nacional de Morena, ha dicho que se infiltraron sabandijas que buscan quedarse con el control del partido.
Esto ha provocado confrontaciones internas y escándalos públicos que hacen ver a los morenistas como incongruentes, inexpertos e inmaduros. El caos imperante pone a la vista la falta de disciplina, la carencia de liderazgos y una quebradiza vida institucional como partido.
En los últimos once meses los potosinos hemos sido testigos de la anarquía que se vive en este partido.
Veamos algunos ejemplos representativos.
1-. Los diputados locales de MORENA, PT y PES no se entienden con Gabino Morales, el súper delegado. Lo acusan de entrometido. Incapacidad y soberbia han impedido que Gabino y Edson Quintanar construyan acuerdos de unidad y respeten ámbitos de competencia para fortalecer su partido.
2-. Pedro Carrizales, “El Mijis”, contra Gabino.
Apenas había tomado posición como diputado el flamante “Mijis” cuando acompañado por legisladores integrantes de la bancada de Morena denunció la intromisión de Gabino Morales en el congreso. Lo acusaron de estar haciendo negociaciones con otras fuerzas políticas para controlar espacios específicos en el poder legislativo.
3-. Paola Arreola vs. Edson Quintanar por el liderazgo en el Congreso.
Estos legisladores se enredaron en una lucha fratricida para quedarse con el liderazgo del grupo parlamentario de Morena. Fue una guerra que tuvo mucha pirotecnia mediática. Paola Arreola había sido electa como diputada del PT y no de Morena, aun así quiso comerse todo el pastel y lucrar con la posición de este partido en la Junta de Coordinación Política. No se le hizo y Edson gano la partida; ambos exhibieron la insaciable ambición que los caracteriza.
4-.El pleito del “Mijis” con Paola.
El “Mijis” y Paola Arreola fueron protagonistas de otro conflicto ocasionado por la avidez de quedarse con la coordinación de la bancada del PT en el congreso local.
Arreola había sido nombrada en primera instancia como líder pero Pedro Carrizales presentó en octubre del año pasado un documento en el que el Partido del Trabajo lo nombraba coordinador de la bancada desplazando a la diputada Arreola, quien ya ocupa el puesto. Al final Arreola gano la disputa pero antes armaron gran escándalo.
5-. Dos mujeres militantes de MORENA acusan a Gabino Mendoza de violencia política y hostigamiento sexual.
En febrero de este año Gabino Morales fue demandado por hostigamiento sexual en agravio de Sararí Esquivel Veloz ante la fiscalía de Delitos Sexuales. Días antes en coordinación con Martha Lizzeth García, Saraí habían denunciado al súper delegado ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena por violencia política de género. 6-. El Consejo Consultivo del Comité Estatal de Morena pide la renuncia de Gabino.
A raíz de este incidente el Consejo Consultivo del Comité Estatal de Morena (CCE) pidió al presidente Andrés Manuel López Obrador destituir a Gabino Morales para que “desde una posición ciudadana” enfrentara el proceso que se le seguía.
A este reclamo se unieron las voces de las diputadas federales de Morena Lorena Villavicencio, Wendy Briceño, María Luisa Veloz, Mirna Maldonado y Rocío del Pilar Villacruz.
7-. Los demonios andan sueltos y Morena sin liderazgo.
Y mientras tanto Sergio Serrano Soriano, dirigente estatal, calla como momia. Soporta además los ataques de sus enemigos internos que lo acusan de corrupción.
Era el día 13 de febrero de este año cuando nos enteramos por boca de Joaquín Muñoz y Roberto Cortés, militantes de Morena, que presuntamente Sergio Serrano había hecho malos manejos financieros en el partido lo que provocó que el INE observara irregularidades por un millón 900 mil pesos y aplicara una multa por 4 millones 371 mil pesos.
8-. Acusan al diputado Mario Lárraga de acoso sexual.
Para completar este cuadro de vergüenzas, tenemos que a principios de este año el diputado Mario Lárraga Delgado fue denunciado públicamente por presunto hostigamiento sexual en agravio de la diputada Paola Arreola y de una asistente del propio legislador (Lucía Elizabeth N.). En la denuncia se aseveró que el diputado hacía insistentes insinuaciones sicalípticas y que incluso a su asistente le retenía la mitad de su salario como medida de presión para que aceptara sus perversas peticiones. Para protegerse, las afectadas presentaron una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
9-. Y para cerrar con broche de oro……
Ha habido otros escándalos, conflictos e incongruencias protagonizadas por la clase política morenista en San Luis Potosí. Pero el espacio se nos ha terminado, así que para cerrar con broche de oro habría solamente que recordar el presunto caso de corrupción y tráfico de influencias en el que se vieron metidos el diputado Edson Quintanar y la diputada Alejandra Valdés, ambos de Morena. Me refiero al tenebroso asunto de los asesores que cobran sueldos estratosféricos y que se presume es una forma tramposa de hacer llegar más dinero a los bolsillos de los diputados (“El Moches Gate”); ¡Cleptocracia pura!
Ante tanto desfiguro la pregunta es si Morena logrará en estos dos años que faltan para los comicios intermedios desterrar tanta politiquería y corrupción para convertirse en una opción seria, creíble y responsable como partido.