- Indignación por los feminicidios.
Vivimos tiempos apocalípticos. La muerte se pasea libremente por las calles. Mentes criminales y enfermas lastiman cruelmente a las mujeres.
En los últimos años los feminicidios se han incrementado significativamente en nuestro estado.
Esta cruda realidad ha motivado al presidente de la Comisión Estatal de los Derecho Humanos, Jorge Andrés López Espinosa, a declarar que la alerta de género ha fracasado.
Tiene razón. Los feminicidios no terminan. Son muchas las víctimas de esta violencia desenfrenada. El fenómeno es un síntoma que revela lo dañado que se encuentra nuestro tejido social.
El valor de la vida se ha devaluado. El lado obscuro de la naturaleza humana gana terreno.
La estadística oficial y los reportes de los medios de comunicación muestran el tamaño del drama.
Durante 2017 se documentaron 34 casos de muertes violentas de mujeres y 50 más en 2018. En lo que va de 2019 ya van 4.
Los municipios con mayor incidencia son San Luis Potosí, Matehuala y Soledad Graciano Sánchez.
Pero lo preocupante es que hay un incremento de muertes violentas de mujeres en otros municipios.
Por esta razón la Comisión Estatal de los Derechos Humanos ha solicitado a la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres agregar a San Ciro de Acosta, Rioverde y Ciudad Fernández en la lista de comunidades en las que se debe activar esta medida protectora.
El tema de los feminicidios ha vuelto a ocupar un lugar destacado en la opinión pública luego de que una joven estudiante de la Universidad Politécnica fue asesinada con saña inaudita en la capital del estado.
Paola Guerrero Meléndez, de tan sólo 20 años de edad fue encontrada muerta en el camino a Peñasco el pasado domingo 17 de marzo luego de permanecer desaparecida por varios días.
Su cuerpo fue descuartizado, le cortaron la cabeza, presentaba además lesiones de arma blanca en varias partes de su humanidad. Fue martirizada.
Fue un crimen por razones de género. No hay duda. Los matones actuaron con sadismo. El cuerpo lacerado de la joven dejó ver la misoginia de los verdugos.
Hay un oscuro mar de fondo en este caso que deberá ser revelado por las autoridades.
Según el dicho de un funcionario de la Fiscalía General ya se tienen dos líneas de investigación y confía en que pronto se podrá desentrañar este horrendo crimen.
Los directivos de la Universidad Politécnica, sus estudiantes y grupos defensores de los derechos humanos están presionando a las autoridades para que den con los responsables de este feminicidio.
Por tratarse de un caso en que la víctima es universitaria es muy probable que los actos de solidaridad y presión para que haya una pronta solución se extiendan a otras instituciones de educación superior.
El tema de los feminicidios puede derivar en una burbuja de ingobernabilidad por el hartazgo que provoca la ausencia de resultados.
Si los homicidios de mujeres están a la alza es porque hay impunidad. Los criminales saben que no recibirán el castigo que se merecen.
Tal vez por eso el presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humano anunció que pedirá a la Fiscalía General del Estado y al Supremo Tribunal de Justicia del Estado que informen públicamente cuántos asuntos están consignados y cuántos tienen sentencia condenatoria.
Estas autoridades están obligadas a informar con honestidad cuál es el estatus de todos y cada uno de los casos que se han presentado en el estado.
El grito de ¡Ni una más! volverá a resonar en las plazas públicas y en los medios de comunicación si no hay resultados inmediatos que frenen estos crímenes.
Un gran paquete pesa sobre los hombros de las autoridades porque tendrán que esclarecer el caso de Paola Guerrero Meléndez y el de tantos otros casos de feminicidios que han ocurrido en los últimos años.