- Quizá, solo quizá, vivimos una época en la cual bulos, fake news y teorías conspiratorias se reproducen tan rápidamente, que pueden hacer más daño del que han hecho a lo largo de la historia.
Por Juan Palacios
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El título de este artículo me parece que describe lo que sucede en nuestro mundo en la actualidad, en este pululan comunidades reales y virtuales que se atrincheran en sus muy particulares creencias y declaran lo anterior, sin entender que en realidad sí creen en algo, pero ni siquiera se dan cuenta de ello.
De alguna forma vivimos en un mundo dominado por el sesgo cognitivo denominado Dunning-Kruger, según el cual los individuos se asumen como más inteligentes que el resto de sus congéneres y “saben” que todo lo que sucede es producto de una especie de complot.
Hablo de las llamadas teorías conspiranóicas que van desde quienes saben que existe un llamado “estado profundo” que intenta dominar a Estados Unidos, hasta quienes hablan de algún club secreto, como el Bilderberg que, nada más y nada menos, domina el mundo desde las sombras, por no hablar de los complots que menciona Umberto Eco en sus novelas “El cementerio de Praga” y “Número Cero”.
Señalo lo anterior porque luego del atentado que sufrió el expresidente norteamericano Donald Trump, a manos de un correligionario se ha prestado precisamente para que afloren todo tipo de teorías conspiracionales de uno u otro bando.
La realidad es que no sabemos gran cosa por ahora, todo son rumores que parten de los pocos datos que se han documentado acerca del atentado: un joven, mal tirador, que por alguna razón desconocida decidió atentar contra el candidato del partido en el cual él estaba registrado y que fue abatido por el Servicio Secreto que custodia al candidato republicano. Por ahora la información es poco más que eso.
Pero el caso de Trump no es único, lo mismo sucedió en Gran Bretaña con el tema del Brexit, la “secta” que dirige a la comunidad europea, no sabemos si forman parte del Club Bilderberg, intentaba controlar la economía y la vida social en general de esta nación, de ahí que quienes intentaron evitarlo promovieron el voto para que el Reino Unido saliera de la Unión Europea.
Insisto, todo se fundamenta en especulaciones que en un momento de la historia en el cual la información circula a gran velocidad en las redes sociales, y en general en Internet, impide tomarse el tiempo para reflexionar acerca de la realidad, de la información y de la veracidad de esta.
Si la gente realmente no creyera en nadie, ni se creyera a sí misma más inteligente que el resto, quizá abriría un espacio para la reflexión y evaluaría a quién benefician los hechos y si estos pueden ser fruto del azar o no.
Por desgracia para nosotros mismos, nuestro cerebro intenta, invariablemente, dar sentido al mundo en que vivimos y por ello se cuenta historias que luego considera ciertas y en estas, seguramente él querrá ser el héroe.
De ahí surge lo que estamos viviendo en estos días, algo que por otra parte, no es nuevo para la humanidad, bulos, fake news y teorías conspiratorias han existido casi desde el inicio de las sociedades, pero, quizá, solo quizá, estamos viviendo una época en la cual estas se reproducen tan rápidamente, que pueden hacer más daño del que han hecho a lo largo de la historia.
En México no estamos exentos de este fenómeno.