- Los institutos electorales tienen como misión, además de la organización de los procesos electorales, el conteo de los votos, no informar acerca de proyecciones de estos.

Por Juan Palacios
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Desde que se instauraron los conteos rápidos he considerado que no deberían ser, como tampoco las encuestas de salida, una información que el órgano encargado de las elecciones en el país, ahora el INE, fuesen los encargados de proporcionar a los ciudadanos. Quizá deberían ser manejados por un pool de medios y considerados como información no oficial.

Los institutos electorales tienen como misión, además de la organización de los procesos electorales, el CONTEO de los votos, no informar acerca de proyecciones de estos. Los conteos rápidos no dejan de ser una muestra y, siempre, existe la posibilidad de que la misma esté sesgada o simplemente equivocada.

Desde nuestra perspectiva, lo que debería garantizar el INE es el eficiente funcionamiento del PREP, en el cual se vayan reflejando los resultados reales de cada una de las casillas, por número de votos contabilizados y no porcentajes o rangos de estos y que este se mantenga público y funcionando durante todo el tiempo en que se capturan los resultados casilla por casilla, no como ahora que hubo momentos en que se encontró fuera de servicio.

Dicho lo anterior, resulta más o menos evidente el por qué se ha hecho necesario que las autoridades electorales salgan a dar a conocer “las tendencias”: se trata de no generar vacíos de información que resultan siempre en teorías de conspiración a cual más descabellada.

En 2000, Woldenberg tuvo que salir a dar las “tendencias irreversibles”, fundamentadas en proyecciones más que en datos duros, pensando en la posibilidad de que, al ser derrotado por primera vez el PRI, sus simpatizantes pudieran recurrir a medidas poco civilizadas para manifestarse en contra de la derrota.

La postura asumida por Luis Carlos Ugalde, fue la correcta al enfrentar una elección con resultados muy cerrados y él se negó a “cantar” siquiera una tendencia señalando lo obvio: no había un claro ganador y el conteo rápido no podía ser considerado definitivo.

Para el 2012 la situación fue tal que no hubo necesidad de dejar espacios en blanco y la amplitud del triunfo de Peña Nieto permitió que el PREP corriera como debe ser.

El pasado domingo se presentó una situación que constituye una de las razones por las cuales estoy en contra de que las autoridades electorales den a conocer los conteos rápidos: los conteos en las casillas fueron lentos por alguna razón, muy probablemente porque en las sábanas se tenían que manifestar los tres resultados de las correspondientes elecciones federales.

Ante esta situación, la cadena nacional mediante la cual la consejera presidenta del INE daría a conocer las tendencias, se fue posponiendo, creando todo tipo de descontentos y, sobre todo, desinformación, porque ni siquiera se dio una explicación acerca del por qué se pospuso en tres ocasiones el tan esperado anuncio.

Si a ello adicionamos la “caída del sistema”, del PREP, y que ahora en las filas de Morena milita el personaje original a quien se le cayó el sistema en 1988 y que, al igual que en ese año al reestablecerse este la tendencia esta precisamente invertida a la que era antes de la caída, solo era cuestión de tiempo para que se desatara toda clase de rumores, sobre todo cuando la diferencia entre el primero y el segundo lugar era abismal.

Hay quienes afirman que el hecho de que una persona sea paranoica no implica que efectivamente alguien pueda estar siguiéndola y, para echar más leña al fuego de la conspiranoia desatada desde el mismo domingo, ahora nos sale el INE con que hará recuento de votos en el 60% de las casillas.

Así es que no vaya a acabar siendo cierto de que “los votos están ahí”, solo hay que esperar y efectivamente la estrategia era que nos fuéramos a dormir pensando en que todo estaba consumado.

Como dice Ciro Gómez Leyva: Lo veremos, lo veremos.