- La coyuntura no le es hoy favorable a Luis Donaldo para continuar en Nuevo León.

- De alguna u otra forma, Samuel lo está desplazando, desterrando de la localidad.

Por Juan Palacios
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Luis Donaldo Colosio Riojas, alcalde de Monterrey, fue cortejado por figuras de la política nacional para que se aventurara a pelear por la presidencia de México en 2024. Fue sensato, simplemente consideró que le faltaba experiencia, que era preferible aprender algo más en el ámbito de la administración pública, pero también en el de la política-política, esa que hoy es tan desdeñada por casi todos y que tiene al estado en particular y al país en general, al borde de la ingobernabilidad.

Estiró la liga para ganar tiempo y decidir de manera tranquila qué hacer y qué no hacer en el próximo ciclo electoral, una vez rechazada la candidatura por la presidencia, jugó con la posibilidad de buscar la reelección en la alcaldía de Monterrey o ir tras una senaduría, la primera era la natural, pero la segunda podía ser un paso ya fuera hacia la gubernatura del estado o para, entonces sí, en 2030, buscar la presidencia de la república.

Dicen que la política es de coyuntura y que, además, es el arte de lo posible, puede ser, y si así lo es, parece que la coyuntura no le es hoy favorable a Colosio para continuar en el estado de Nuevo León, de alguna u otra forma, Samuel lo está desplazando, desterrando de la localidad.

Tras el registro de Mariana Rodríguez, al que por cierto asistió Luis Donaldo, parece que lo único que le queda como opción es el Senado, pelear en las urnas por alcanzar un escaño en ese cuerpo legislativo. Parece como si a Samuel le estorbara que el hoy alcalde continúe en el estado. Al menos así puede ser interpretado el registro.

Al lanzar a Mariana Rodríguez como candidata a Monterrey le cierran opciones a Colosio y lo orillan a tomar una decisión que había pospuesto, pero además su opción está fuera de Nuevo León.

Lo van a mandar a la guerra. No va a ser una tarea fácil, ya que la polarización que sufre Nuevo León hará que naranjas y aliancistas vayan por todo para ganar las próximas elecciones, en todos los niveles y tanto en los puestos legislativos como en los del ejecutivo, sobre todo en el poder Legislativo federal. Y eso sin tomar en cuenta que para Morena es una prioridad ganar el legislativo.

En el futuro, y siendo esto una especulación, es muy probable que se esté preparando a Mariana para ir por la gubernatura y mantener vigente a Samuel con miras a las presidenciales de 2030, para que ella lo apoye desde el palacio de cantera en su aventura, le dé visibilidad como primer Damo del estado, así como él se presenta en Monterrey. Pero con la esperanza de que no crezca tanto que sea difícil después negarle que vaya a por más, dependiendo de que cumpla con los requisitos legales.

Es difícil, es mucho futurear, pero la política es de coyuntura, de momentos, pero también de tendencias.

Hace tiempo escribí que Luis Donaldo Colosio es lo más cercano que tenemos en México a la realeza política, a ser parte de una dinastía, como son los Kennedy en Estados Unidos, que Colosio es una marca que tiene un nombre hecho y en su momento el alcalde de Monterrey puede reclamar su lugar.

Hizo bien en no “quemar” etapas, ha actuado con prudencia, mostrando la madurez que, se percibe, falta en su compadre el gobernador. Sin embargo, los vientos políticos están cambiando, hoy las virtudes políticas de ayer ya no son reconocidas como tales, ser bronco o atrabancado es lo que pega, ser un outsider también, que no es lo mismo pero, como dice la canción, es igual.

Veremos en los próximos años quién hizo la apuesta correcta, aunque si Colosio pierde yendo por la senaduría puede, subrayo el puede, no haber próximos años, lo mismo se tiene que decir de Mariana… pero si ella pierde, Samuel también. Dicen que más vale ser historiador que profeta pero… la tentación es mucha.