- No habrá democracia plena en América Latina sin el rescate de su memoria histórica y su implementación como política pública de memoria democrática (tal como en España).
Por Rogelio Ríos
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Cuando se aprobó y entró en vigor en España la Ley de Memoria Democrática (LMD, octubre del 2022), después de un intenso debate legislativo, su contenido tuvo repercusiones directas en el mundo hispanoamericano, de las cuales quiero resaltar dos de gran importancia.
En primer lugar, el propósito general de la LMD es recuperar el registro histórico de los españoles que participaron en el bando republicano en la Guerra Civil española o Guerra de España (1936-1939), sus descendientes y aquellos que emprendieron el camino del exilio o se expatriaron para “hacer la América” y tuvieron descendencia en los países de América Latina.
¿Por qué se promulgó una ley para recuperar su memoria? La victoria del bando franquista sobre los republicanos derivó en persecución, encarcelamiento y muerte de estos últimos de una manera cruel. No sólo se les quitó la vida: se les borró su existencia del registro histórico.
Durante el franquismo (que duró hasta la muerte de Francisco Franco en 1975), las instituciones y el proceso democrático fueron socavados en aras del caudillismo franquista y su memoria selectiva.
La LMD (cuyo antecedente fue la Ley de Memoria Histórica -LMH- del 2007) expresa en su texto que la memoria de las víctimas representa “un inexcusable deber moral en la vida política y es signo de la calidad de la democracia. La historia no puede construirse desde el olvido y el silenciamiento de los vencidos”.
Por tanto, la LMD “persigue preservar y mantener la memoria de las víctimas de la Guerra y la dictadura franquista a través del conocimiento de la verdad como un derecho de las víctimas, el establecimiento de la justicia y fomento de la reparación y el establecimiento de un deber de memoria de los poderes públicos”.
Mediante la creación de derechos, instituciones y políticas públicas de memoria democrática -no sin amplios debates en la opinión pública-, España ha dado un paso gigantesco hacia la consolidación de la democracia y la denuncia del totalitarismo en todas sus formas, lo cual la integra aún más al seno de la Unión Europea y a los valores comunes que la sustentan.
Ahí reside una gran lección para la América Latina, región que se debate incesantemente entre un presente de aspiraciones democráticas y crueles realidades autoritarias, y un pasado de dictaduras y violaciones masivas de derechos humanos.
No habrá democracia plena en América Latina sin el rescate de su memoria histórica y su implementación como política pública de memoria democrática (tal como en España), es decir, como la vía a la madurez de sus democracias.
En segundo lugar, la LMD abrió en 2022 un espacio de oportunidad temporal (en la Disposición adicional octava) para que los descendientes no sólo de padres y madres, sino de abuelos o abuelas españoles de origen -exiliados o expatriados- pudieran solicitar la nacionalidad española por opción.
En 2007, la LMH consideró únicamente a hijos e hijas de españoles de origen como candidatos a la nacionalidad por opción. Ahora, la línea de descendencia se extendió a los nietos y nietas.
La respuesta en México a la denominada “Ley de Nietos” no se hizo esperar. Esa nueva oportunidad para descendientes de españoles de origen ha sido aprovechada por los beneficiados.
Como la temporalidad de la LMD es de dos años a partir de su promulgación en octubre del 2022 (con opción a un año de extensión), los consulados generales españoles en México se han visto inundados de solicitudes de quienes anhelan esa opción distinta a la vía de los apellidos descendientes de judíos sefarditas – proceso más complicado que el de la LMD- que poblaron regiones de México durante la época de la Nueva España.
Me consta que en Nuevo León la respuesta del Consulado General de España en Monterrey a las solicitudes ha sido eficiente y puntual, a pesar de la carga de trabajo.
Con su propuesta de memoria democrática, la reivindicación de las víctimas y la extensión de la nacionalidad por opción a los nietos de españoles de origen como forma de recuperación de sus raíces familiares, España ha mostrado su generosidad al mundo hispanoamericano en un momento en que otros países tienden a cerrar sus fronteras.
España abrió la puerta y me dejó cruzarla para abrazar en el recuerdo al abuelo Pablo Herrán que vino hace muchos años desde Fuentes de Nava, Palencia, para nunca más volver.
Gracias, Madre Patria, por la nacionalidad española. Te llevo junto a México en el corazón.