- AMLO empuja a su pelele pero hizo un plan de ocurrencias.

- Sin contar imponderables como EU y los dolidos que apoyarán a Xóchitl.

Por Efraín Klériga
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La frase que no pronunció Andrés Manuel López Obrador en su ceremonia de entronización de Claudia Sheinbaum fue: Aquí tejones porque no hay ardillas.

López Obrador, cuya capacidad de anticipar el futuro es de 20 minutos, olvidó los imponderables, la inteligencia de Xóchitl Gálvez, su equipo de lagartijas muy peñasqueadas y muchos apaleados por la 4T.

Quien no sepa qué era comedia el mal llamado proceso para nombrar al Coordinador de la Cuarta Transformación, quizá tenga problemas de oxigenación.

El “Jefe Diego” bautizó como Tartufo a López no solamente por la vocación de mentiroso, sino por su falsa devoción en Cristo y su talento para robar hasta los calzones a los inocentes que le creen.

La “contienda” Morena fue otra comedia “tartufiana”, pero una no cara sino carísima, costeada con fondos públicos federales, de los estados obradorizados y, no poco dinero de procedencia ilícita.

En un río de dinero caminaron Claudia Sheinbaum y Adán Augusto principalmente, para otra puesta en escena del comediante que trataba de simular democracia ante los ilusos, quienes aún son mayoría.

Marcelo Ebrard estaba afuera desde el inicio y, Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Manuel Velasco y hasta el iluso Gerardo Fernández Noroña sabían que eran comparsa.

Y desde el inicio Ebrard hacía precampaña a costillas de López Obrador, para lanzarse desde el PVEM o independiente, a sabiendas que es políticamente inmune al veneno macuspano.

Sigue una elección de Estado que reparte dinero sucio por todas partes incluidos medios impresos y electrónicos que pasan como “No” oficialistas como Milenio, El Universal y Excélsior.

Una elección que cuenta con el despliegue y mando (But of course) de jefes de las Fuerzas Armadas, 22 gobernadores y cientos de alcaldes, sus presupuestos, sus aparatos represores oficiales y delincuenciales.

López piensa que ha presupuestado todo, porque en el delirio que vive él se cree infalible y que nadie notó que otorgó el bastón pero sin el mando, y como siempre, no planificó los imponderables.

Un viejo político a quien tuve suerte de conocer me decía: Primero hay que llegar al río y luego sabré si lo puedo cruzar. El macuspano claramente ya lo está cruzando aunque no vea el río.

López piensa que va a poder estirar su mandato sobre una inevitable crisis económica y sacar dinero del Poder Judicial, el INE y las participaciones para tapar el hoyo con más hoyos.

En su primer quinquenio gastó los fondos de estabilización, Fonden, fideicomisos y otros ahorros, pero ahora sólo le queda endeudarse, asaltar al Poder Judicial, órganos de control y las participaciones.

López cuenta con que la contienda por la Presidencia de los Estados Unidos va a distraer al vecino más influyente y que ésta será entre dos ancianos tramposos: Donald Trump y Joe Biden.

El primero, Trump, apoya a AMLO a cambio de que se le siga culimpinando, y Biden, cerca de la demencia senil. se dedica a gozar de viajes en el “Air Force One” y no quiere muchos problemas.

Pero se trata de dos viejitos bandidos quienes están más cerca de ser declarados culpables de varios delitos que de ganar la reelección por la Presidencia del país más poderoso.

Los demócratas no pueden permitir que Trump sea exonerado por instigar la insurrección del 6 de enero de 2021, y los republicanos saben que deben vincular a Joe con los delitos de Hunter Biden.

Y no solamente son los aspirantes que forman detrás de Biden y Trump los interesados en que ninguno de los dos pueda reelegirse, también hay una docena de senadores y representantes.

La suerte de Trump depende de que sus abogados logren convencer a un gran jurado de que Trump no instigó el intento de insurrección del 6 de enero de 2021, o en último caso que no fue insurrección.

La Sección 3 de la Decimotercera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos dice que: “Ninguna persona podrá ser senador o representante en el Congreso, ni elector del presidente y vicepresidente de los Estados Unidos (...)

“(...) u ocupar cargos, civiles o militares, en los Estados Unidos, o en cualquier estado, si, habiendo prestado juramento previamente como miembro del Congreso, o como oficial de los Estados Unidos, o como miembro de cualquier legislatura de algún estado ...

“(...) o como oficial del poder ejecutivo o judicial de ese estado, para defender la Constitución de los Estados Unidos, ha incurrido en insurrección o rebelión contra los mismos, o ha dado auxilio o consuelo a sus enemigos.”

La inhabilidad puede retirarla el Congreso “por voto de dos tercios de cada Cámara”, pero Trump no tiene los votos y por tanto se resume a que juez y jurado consideren que instigó o no una rebelión.

Los segundos en la carrera presidencial, Ron de Santis por los republicanos o los demócratas Marianne Williamson y Robert F. Kennedy Jr. no apoyaran que continúe el populismo en México.

El factor Xóchitl tendrá en la carrera presidencia más ayuda y apoyos de los que se ven a simple vista, además del jaleo en la presidencia de EUA están los muchos afectados por las ocurrencias de AMLO.

También va ayudar el rompimiento en Morena, porque aunque AMLO quiere vincula a Ebrard con el centro, bastaría publicitar la declaración de Mike Pompeo: “Ebrard es un político muy marxista”.

Tampoco puede olvidarse sus gestos con Evo Morales, o que su coordinara de campaña Malú Micher es miembro de la Internacional Socialista y que su equipo son legisladores de Morena.

Falta mucho para llegar al río, pero claramente el oficialismo impulsa a la peor candidata, además que todos los dislates de su coordinador de campaña, en la Mañanera, le van a afectar.

Es claro que los mexicanos vamos a vivir el proceso más sucio, violento y apoyado desde Palacio de Gobierno, desde que Miguel de la Madrid y Manuel Bartlett le dieron el triunfo a Carlos Salinas de Gortari.

Empresarios en energía, constructores, prestadores de servicios, médicos, clase media, productores agropecuarios, indígenas y feministas no van a votar por los comunistas Claudia o Ebrard.

Tampoco van a apoyar a la izquierda los inversionistas internacionales, eso además que el fracaso es el sino de López Obrador y el pleito por las tortillas, el ADN de la izquierda mexicana.