- AMLO intenta que la elección del 2024 sea el principal tema en la opinión pública.

- Y que todos se olviden de su corrupción y enormes fracasos.

Por Efraín Klériga
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Tenía toda la razón el gran Ricardo Rocha en el podcast póstumo que se publicó en redes: A Andrés Manuel López Obrador lo único que le importa es mantearse en el poder ganando las elecciones como sea.

“Gobierno que no gobierna, todos en campaña. Hay que reconocer que todos caímos en la trampa que nos tendió ese gran mago de la política que es Andrés Manuel López Obrador...

“Que al estilo de los viejos presdigistadores nos llama la atención con una mano para que no veamos lo que hace con la otra”, dijo Rocha, un gran comunicador, una época, que, en paz descanse, aunque seguirá vivo.

La Real Academia Española dice que prestidigitador, del francés, prestidigitateur, “Es la persona que hace juegos de manos y otros trucos”, aunque el Blacamán macuspano hace los trucos con la lengua y poco seso.

López es el típico Blacamán de la política mexicana, un vendedor de milagros, que ofrece el fuego como invento suyo o alega que es posible hacer agua en polvo, para ser aplaudido por los incautos que, en México, son mayoría(...)

Gabriel García Márquez escribió de Blacamán el Malo: “Era capaz de convencer a un astrónomo de que el mes de febrero no era más que un rebaño de elefantes invisibles (...)

“Pero cuando la buena suerte se le volteaba se volvía bruto del corazón”, añade Gabo en “Blacamán el bueno, vendedor de milagros”, uno de sus maravillosos relatos, y algunos le quedan a AMLO como anillo al cuello.

La negativa a pedir una disculpa y ahora a cumplir con una orden judicial para que Xóchitl Gálvez tenga su derecho a la réplica, muestra los dos grandes temores de AMLO: Las mujeres inteligentes y, ser expuesto públicamente.

Los millones de incautos que ven, comentan, reportan o basan su visión del Hic et hoc de México en los dichos —mayormente malas razones o mentiras— del tabasqueño, no dejan de estar mareados.

AMLO no es muy inteligente, no es un genio de la política, es el típico estafador listillo que sabe caer bien y aprovechar las debilidades y la ambición de otros para sacarles el dinero o hacerlos caer en una trampa.

Por eso no se arriesga a debatir, sabe que no puede contra personas como Gálvez o Fernández de Cevallos, quienes además de cultura y conocimientos del tema tienen la agilidad mental que a él le falta.

Sus maniobras provienen del librito de trampas no escrito que dejaron los presidente priistas, especialmente Miguel Alemán, Ruiz Cortines, Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría, cuyas anécdotas y maniobras nutrieron al PRI.

La realidad es que sí, Maestro Rocha: El de López es un gobierno que no gobierna, un gobierno que fracasa en todo, un gobierno que gasta en lo que no debe y jala el dinero de las urgencias reales hacia sus elefantes blancos.

México necesitaba un HUB y mareó a todos para gastar el doble en una aeropuerto inservible; México necesitan inversión en el Istmo, y canceló 5 MMDP en inversiones en curso y ahora pide inversionistas.

El rescate de Pemex no ha logrado que se produzca más petróleo pero sí que se deba más y con intereses más altos. Dos Bocas no ha logrado refinar una gota pero sí ha gastado 2.5 veces más de lo presupuestado.

Los abrazos a la delincuencia organizada han traído más balazos, más muertos, más problemas con Estados Unidos... Y así la salud en manos de ineptos, la educación en manos de comunistas

Se necesita ser muy desvergonzado para que tras más de 54 meses de gobierno seguir culpando al pasado del tremendo deterioro de la salud, la seguridad, el estado de derecho, la democracia, la deuda.

Resulta que el candidato eterno que tenía todas las respuestas ahora tiene todos los fracasos y solamente una explicación su remedio mágico: “fueron los neoliberales, porque no somos iguales”.

Nada lo ha hecho bien además de insultar, amenazar, golpear, tolerar a la delincuencia, reventar el papel internacional de México, permitir la más grande corrupción desde JLP... Hasta tiene su general Durazo.

Ignorante e inepto en la tarea de gobernar, corrupto y mentiroso, mafioso e intolerante, incapaz de planificar y llevar a cabo reformas positivas, AMLO se esconderá en las campañas.

Todo un año nublara con lo que llama corcholatas, que no son sino políticos con tan poca dignidad y tan rastreros que permiten que les pongan ese apodo.

Ahora resulta que la salud es culpa de los enfermos, de los emisarios del pasado, y que AMLO sólo la ha empeorada por culpa de Peña y Calderón.

Que la inseguridad es culpa de las víctimas, que los desaparecidos son culpa del pasado; que la corrupción son priistas enquistados en su gobierno... Y así todo, mucha lengua, pocas gónadas y seso.