- Y si nadie experimenta en presidencia ajena, más digno es callar que tratar de hacer pasar gatos por liebres.

Por Efraín Klériga
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Si algo demuestra Andrés Manuel López Obrador con sus andanadas verbales contra periodistas, medios, organismos no gubernamentales y opositores, es que no tiene ni la “honestidat” ni la “dignidat” que cacarea.

Vaya que resulta indigno que el berrinche te lleve a abusar del poder y manchar el nombre de México, tratando de intervenir en política de otro país para que recorte el subsidio a organismos no gubernamentales.

Y si ya era feo exigir de palabra al vecino grande y principal motor de nuestra economía, pues resulta repugnante poner la inquina en una Nota Diplomática y luego ventilarlo a los cuatro vientos.

Creo que el macuspano, quien por mala suerte fue priista de tercer nivel, nunca aprendió esa máxima que me dijo un expresidente del CEN del PRI: “si traes la cola zurrada, es mejor que no andes echando pedos fuera de la taza”.

El primer recursos para control de daños que utilizaban los priistas era el de negar incluso lo más evidente, y finalmente, cuando la sangre llegaba al río, inventaban investigaciones que se llevaba el viento.

Decía mi sabia abuela Edwiges: “Los niños dicen lo que hacen, los viejos lo que hicieron y los pendejos lo que van a hacer”, y no le faltaba razón.

Y entre los muchos defectos del macuspano (Y sus muy pocas virtudes, si las tiene) está la de no poder callarse y peor, querer cambiar la rotación del plantea a puros salivazos.

Y claro que no cuida la tan mentada “investidura presidencial”, nombre con el que el macuspano alude a la autoridad de presidir uno de los tres poderes y la “dignidat” que podría darle si se respetara a sí mismo.

Vituperar periodistas y críticos desde un púlpito en que el tiempo del show cómico político, la trasmisión, la cadena de tuiteros y muchos de los medios que le hacen eco, están pagados por el erario, resulta indigno.

Y más indigno resulta que esa única comunicación y divulgación gubernamental que tiene la Cuatrote, sea para empoderarse malamente polarizando a la nación, con medias verdades y mentiras completas.

Y más deshonroso que la corrupción de familia e hijos sea exhibida, es que en lugar de callar para no hacer más grande el asunto, los defienda matando al mensajero pero sin poder negar los hechos.

Y si ya es ignominioso que encueren, con pelos y señales, las corruptelas de tus hermanos, hijos, parientes consanguíneos o afines, más indigno es que quieras lavarlo a espumarajos.

La inquina que descarga contra algunos reporteros y medios líderes en la información de prensa por mérito propio y desde hace años, en especial, contra su encuerador, Carlos Loret de Mola, es de pena ajena.

Le puedo apostar doble contra sencillo a que el Rancho La Chingada actualmente tiene un valor catastral muy superior al del departamento que pueda poseer el colega Carlos Loret en Polanco.

Especialmente luego de las dos remodelaciones que se han hecho en el rancho del Macuspano, ambas con cargo al Erario, además de la plusvalía por haberle acercado la terminal del Tren Maya.

Conozco una docena de personas que tienen departamentos en Polanco y zonas aledañas, y de estas solamente puedo considerar “ricos” a dos de ellos, los demás serían clase media alta.

Dos de mis conocidos son “expriistas del neoliberalismo”, de quienes se puede sospechar que consiguieron el dinero al estilo López Beltrán, pero nadie les molestará por ahora porque ya están con Morena.

Con los 80 Mdp mensuales que cuesta a la Nación que AMLO viva en un Palacio que amuebló la Archiduquesa de Austria, princesa de Hungría, y Emperatriz de México, compraría un amplio departamento en Polanco.

Más aún, apuesto que ninguna de las dos casas conocidas a José Ratón López cuesta menos que un pisito en Polanco y tampoco creo que Loret alquile cuatro departamentos en el St. Regis, como lo hace Andresito.

Y ya que don López gusta de frases adjudicadas a Don Quijote que nunca escribió Cervantes, le mando esta que si es del “Manco de Lepanto”: “Mejor es ser admirado de los pocos sabios que burlado de los muchos necios”.

Y si nadie experimenta en presidencia ajena, más digno es callar pero: “Nadie piensa, donde todos lucran; nadie sueña, donde todos tragan”, El Hombre Mediocre, José Ingenieros.

Isaías 28:27: “El hinojo no se trilla con trillo, ni se pasa la rueda sobre el comino; el hinojo se sacude con la vara y el comino se sacude con el látigo”.