- ¿Por qué la gente cercana a AMLO parecía desconocer su estado de salud?.
Por Juan Palacios
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Luego de no dar señales de vida durante tres días, con la excepción de un tuit en su cuenta personal que pudo haber sido escrito por su gente de medios, reapareció el presidente López Obrador en un largo video en el cual, entre otras cosas, reprobó la forma en que se trató su situación en redes sociales y medios de comunicación.
¿Si el presidente estaba bien desde el domingo pasado, cuál fue la necesidad de no realizar un video como el que presentó el miércoles o de subir una foto en la cual se pudiera apreciar la fecha en que fue tomada? No resulta fácil de explicar. De ahí que especulemos un poco.
En principio, no creo que su desaparición haya sido planeada desde el principio, sino que seguramente se aprovechó la situación para medir qué sucedería en caso de una ausencia presidencial en los medios de comunicación, algo inusual en este sexenio.
Además, el desconcierto que exhibieron su vocero, el secretario de Gobernación y casi todo el mundo en el entorno presidencial, nos dice que en algún momento se pudo haber pensado que las cosas pudieran ir a peor, es decir, que no sabían exactamente cuál era la condición de salud del presidente.
Luego de haber negado el desvanecimiento que había reportado El Diario de Yucatán, acerca del cual se pronunciaron para negarlo el vocero y el secretario de Gobernación, fue el propio presidente quien admitió haberse desvanecido, haber sufrido un “váguido” dijo y haberse negado a ser trasladado en una camilla, aunque sí lo fue en un avión ambulancia.
En fin que el presidente aceptó haber estado siempre consciente durante su traslado y posterior tratamiento, solo con los síntomas del Covid-19, leves por lo demás, entonces, ¿por qué no hizo lo mismo que había hecho las dos ocasiones anteriores en que se contagió?
Creo que, siendo como es Andrés, muy hábil para leer los momentos políticos, decidió realizar un simulacro de lo que podría pasar en caso de que le ocurriera algo antes de tomar la decisión acerca de quién será el candidato de Morena.
Con su desaparición pudo, seguramente, calibrar las reacciones de quienes se dicen leales a él, quién buscó negociar qué, quién se preocupó por su salud e inclusive quién buscó salvarse ante el posible hundimiento del barco.
En pocas palabras pudo haber sido un simulacro para saber quién es quién en su equipo, cómo reaccionaría cada uno de ellos en caso de que él faltara y poder actuar en consecuencia antes de ceder el poder.
Por supuesto que le habría servido también para calibrar cómo reaccionaría la oposición ante una eventual falta de su persona y de lo que como presidente del país representa y ya se dio cuenta de que no tuvieron capacidad de respuesta, de reacción.
Así es que seguramente quienes se salieron del huacal ahora tendrán que ver la forma en que podrán regresar al carril.
Por supuesto que todo esto es una especulación, pero casi podemos decir que lo que hizo fue “medirle el agua a los camotes”.