- Su gobierno parece haber entrado en una espiral descendente.

- Ahora reclama cuando cumplen con sus propias reformas.

Por Efraín Klériga
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La administración de Andrés Manuel López Obrador toma un rumbo peligroso, comienza a impugnar sus propias reformas y a pelearse con todo y con todos y, a dilapidar el patrimonio nacional con rapidez.

Da la impresión de que o no entiende los alcances de las leyes que él mismo propone, o ya perdió la memoria de que dijo lo que dijo y propuso lo que propuso.

Con una postura frontal con Estados Unidos, aunque parece que le preocupa que México sea señalado como un narco Estado, lejos de actuar en congruencia asume un discurso verbal agresivo.

Sigue utilizando tiempo y recursos públicos para golpear a críticos y disidentes, y para impulsar a candidatos de su partido, y ahora amenaza con obligar a sus funcionarios que a que desacaten mandatos de la Corte

Dos transacciones recientes revelan que el patrimonio del país no le interesa, así, compró 50% por arriba del precio real 13 plantas de Iberdrola y vendió con un descuentazo de 28 Mdd el avión presidencial.

El 787 TP-01 se vende 8 Mdd debajo del adeudo, en 1,659 Mdp, es decir, 324 millones de pesos por debajo de los 1,983 en que fue valuado por el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales

Pero además puede haber un lío con Estados Unidos, debido a que Tayikistán ha sido señalado por el Tesoro de EUA como un narco estado y debe demostrarse el origen lícito del dinero, algo nada sencillo.

“Sr Secretario de @Hacienda_Mexico, dado que Tayikistán es considerado como un país “riesgo para el lavado de dinero” como se verificó su lícita procedencia”, cuestionó en Twitter Mario Di Costanzo.

En las últimas semanas ha quedado claro que su presunta lucha contra la corrupción es solamente otro de sus engaños, y que su gobierno es el más corrupto en toda la historia de un país con gobiernos corruptos.

Su administración es ahora un hospital de infectados de corrupción: Segalmex, Segob, Sedena, Insabi, Indep, SEP, Pemex, CFE; AIFA, Tren Maya, y ahora Banobras, y surgen los privilegio reales, privilegios que él juro que acabarían.

Sus programas de gobierno fracasaron tanto o más que la seguridad pública. Los delitos violentos van en aumento, su programa se salud ha dejado al sistema público sin medicamentos, su plan energético es un completo fracaso.

Una dependencia fundada por su gobierno: Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex) está involucrada en una trama de corrupción internacional.

Ahora arremete léperamente contra los ministros de la Suprema Corte de Justicia y hace un discurso de odio, mientras su partido se divide y la oposición poco a poquito gana espacio.

Ya no solamente es el lépero de Palacio Nacional, ahora actúa como una fiera enjaulada que embiste todo lo que encuentra y que califica de ilegal cumplir con las mismas reformas constitucionales que él mismo impulsó.

Al encontrar inconstitucional que la Guardia Nacional forme parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, los ministros de la corte simplemente aplicaron la reforma de 2019 de AMLO.

López tiene tan mala memoria que señala que los Ministros están incumpliendo a la Constitución en artículos que él mismo pidió reformar o simplemente apela a la memoria de teflón del mexicano común.

Al hablar de que los Ministros de la Corte han dañado la seguridad publica al impedir que la Guardia Nacional quede en manos de la Sedena, olvida que aplicaron su propia reforma de 2019.

“Las instituciones de seguridad pública, incluyendo la Guardia Nacional, serán de carácter civil, disciplinado y profesional”, dice el Artículo 21 Constitucional reformado en 2019 por su mayoría legislativa.

Otro caso es la acusación constante de que los ministros, los consejeros del INE, entre otros funcionarios, ganan más que el Presidente, lo que es totalmente falso.

En este caso es lo mismo del párrafo II del artículo 127 de la Constitución el cual ordena: “Ningún servidor público podrá recibir remuneración (...) , mayor a la establecida para el Presidente de la República”

López nunca ha entendido que “remuneración” no es sueldo sino todas las prestaciones, apoyos que se reciban y que en le caso de AMLO son superiores a los 120 millones de pesos anuales.

Simplemente los gastos de vivir en Palacio Nacional superan los 84 Mdp anuales, y además tiene una sala de terapia intensiva, viaja en convoyes de camiones blindadas nuevas... Y más.

Claro que con que todas esas prestaciones forman el salario integrado no hay funcionario alguno que gane más que el Presidente.