Por muchos años el Congreso del estado fue un poder sometido a la caprichosa voluntad del gobernador en turno. Fue un período en el que el parlamento local era un apéndice del gobierno. Desde las oficinas del gobernador se decidían los temas y los tiempos de la agenda legislativa. La división de poderes era un cuento chino.
Pero en la medida en que los partidos de oposición fueron consolidándose y ganando elecciones, el gobernante en turno tuvo que recurrir a estrategias más sofisticadas para construir mayorías parlamentarias que le fueran útiles.
Las maniobras para sumar el voto de los diputados de oposición eran perversas y cínicas. La más utilizada fue la compra de voluntades que se regía bajo el imperio de la premisa: “No les cambies las convicciones, cámbiales los ingresos”.
Pero con la catástrofe que sufrió el PRI en las pasadas elecciones parece que esto está cambiando. Hay una nueva correlación de fuerzas en el Congreso local en donde los partidos Movimiento de Regeneración Nacional, PAN, PT, PES, Movimiento Ciudadano (MC) y Verde Ecologista han decidido tomar el control del Congreso y enterrar la ancestral tradición de sometimiento.
Estos partidos han acordado una alianza que en principio les ha permitido apropiarse del gobierno interno del Congreso. Ellos decidieron que Sonia Mendoza presidiera la Mesa Directiva, que Edson Quintanar mandara en la Junta de Coordinación Política y que las presidencias de las más importantes comisiones de dictamen legislativo quedaran bajo su control.
Los que en otro tiempo fueron los excluidos ahora son los que mandan. Una auténtica rebelión de los vencidos que arrebata el control del Congreso al gobernador Carreras.
Conscientes de que una de las tareas prioritarias es reivindicar el papel, la imagen y dignidad del Congreso, los nuevos diputados están actuando con firmeza y autonomía haciendo valer la separación entre poderes. Con sus primeras decisiones han pintado su raya con el gobernador del estado.
Autonomía, Vigilancia, Control y Contrapesos.
Previo al inicio de sus funciones la 62 legislatura tuvo que enfrentar conspiraciones orquestadas desde Palacio de gobierno que intentaron colocar a un diputado “barco” en la presidencia de la Mesa Directiva. En complicidad con el presidente del PAN, el ahora diputado federal Xavier Azuara y de Gabino Morales, futuro superdelegado del gobierno del AMLO se trató de imponer al diputado panista José Antonio Zapata Meraz. Pero la ya conocida ineptitud de la Secretaria de gobierno para operar políticamente y la división que impera al interior del PAN provocaron el fracaso de este complot. La experiencia política de Sonia Mendoza, la apertura y sensibilidad del líder de Morena Edson Quintanar (bien asesorado por Leonel Serrato), el sentido de oportunidad de Eugenio Govea y el despecho de Cándido Ochoa y Edgardo Hernández hicieron fracasar los intentos intervencionistas del equipo del gobernador.
Nada pudieron hacer Martín Juárez, Mauricio Ramírez Konishi y el “Caco” Leal para evitar la contraofensiva de la Alianza Rebelde. La ex senadora Sonia Mendoza y sus aliados se impusieron. Al final de este primer round fue electa como presidenta de la Mesa Directiva la legisladora panista.
Luego vendría un segundo episodio de confrontaciones en el que se disputaron las codiciadas comisiones de dictamen legislativo. Las más importantes, aquellas que permiten el control y vigilancia del uso del dinero público y el cumplimiento de la responsabilidad encomendada a los otros poderes (el Ejecutivo y el Judicial) quedaron en manos de diputados y diputadas que no están sometidos al poder del gobernador. En la Comisión de Hacienda quedó como presidente Ricardo Villarreal del PAN; Vigilancia: Marité Hernández Correa, de Morena; Puntos Constitucionales, Paola Alejandra Arreola Nieto del PT; Derechos Humanos, Igualdad y Género: Pedro César Carrizales Becerra, “El Mijis”, de Morena; Desarrollo Rural y Forestal: Vianey Montes Colunga del PAN; Agua, Mario Lárraga Delgado del PES; Desarrollo Social y Sustentable: Rolando Hervert Lara del PAN; Segunda de Hacienda y Desarrollo Municipal: Eugenio Govea Arcos de Movimiento Ciudadano y Salud y Asistencia Social: Angélica Mendoza Camacho de Morena.
Con el control de la Mesa Directiva, de la Presidencia de la Junta de Coordinación Política y de las principales Comisiones de dictamen legislativo, el conjunto de diputados emancipados del yugo gubernamental podrá ejercer su función de vigilancia y frenar cualquier desviación o abuso de los otros poderes del Estado, organismos autónomos y Ayuntamientos.
¡Y vaya que ya estamos siendo testigos de las primeras acciones de independencia y reivindicación por parte de la nueva legislatura!
De manera contundente y debidamente fundamentado, el pasado 21 de septiembre la Alianza Rebelde de diputados anuló el decreto con el que la anterior legislatura aprobó de forma apresurada, desaseada y sospechosa los informes financieros correspondientes a las cuentas públicas de 2017. Esto representa un fuerte golpe a la pretensión de sepultar para siempre cualquier nueva observación crítica al uso que se le dio a los dineros públicos ejercidos el año pasado. Habrá una nueva revisión a las cuentas públicas y esto brindará una renovada y valiosa oportunidad de examinar con lupa las cuentas de los 58 Ayuntamientos, del poder judicial, de los diputados que ya se fueron y del propio gobierno del Estado.
Pero la expresión más contundente de la rebeldía y emancipación de los nuevos diputados fue el rechazo de la iniciativa del gobernador que pretendía pagar con dinero del pueblo mil 225 millones de pesos en forma de deuda pública (vía un crédito fiscal, equivalente al 2.5% mensual de las participaciones federales) como pago de un añejo adeudo que se tiene con el ISSSTE.
Emancipación y rebeldía son las características que empieza a exhibir la nueva legislatura.