- El demonio anda suelto e intenta apoderarse a la mala de la democracia y de la libertad de elegir.
Por Efraín Klériga
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Pase lo que pase este domingo en 22 o más ciudades del país, el resultado marcará la política mexicana para siempre, y de este evento surgirán cambios que pueden ir hacia la dictadura fascista o hacia una democracia con muchos más candados.
Si las marchas son copiosas o un fracaso de asistencia, si bien organizadas, o si hay reventadores oficiales, lo que ocurra, el resultado impactará la vida republicana los años venideros y nos llevará hacia la dictadura militar o hacia una vida constitucional más sana.
Pase lo que pase el domingo, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ya está inscrito en la historia con el mismo color de tinta que el de su antecesor, Antonio López de Santa Anna, el último en pelear y perder con Estados Unidos.
El macuspano es ya en este momento el personaje más funesto, indecente, mal intencionado y malhadado para la Nación, el más corrupto, mentiroso e ineficiente que haya pisado Palacio Nacional, y su mala fama sólo puede empeorar.
En los días recientes ha demostrado su pequeña estatura política y lejos de ponderar (Porque es indefendible) su contrarreforma electoral, se ha dado a la tarea de tildar a figuras de la izquierda clásica mexicana o de la derecha, como cretinos, corruptazos, conservadores....
Con insultos al estilo "puestero de mercado", tilda de conservadores a vacas sagradas de la izquierda mexicana como Roger Barta o José Woldenberg y pero lo real es que ya no hay ningún político ni intelectual de renombre, de cualquier filiación, que esté de su lado.
Cuando los ideólogos de Morena son ya Adán Augusto López, Mario Delgado, Layda Sansores, Gerardo Fernández Noroña, Félix Salgado Macedonio o Yeidckol Polevnsky significa que la basura intelectual y moral ya flota sobre la cloaca.
López Obrador hoy está más agitado, por la marcha del domingo, pero más, por la mala marcha de su gobierno, que Carlos Salinas de Gortari en ese 1994 luego de los homicidios de Luis Donaldo Colosio Murrieta y José Francisco Ruiz Massieu, cuando se soltaron los demonios.
Este demonio suelto desde el 1 de julio de 2018 no parece poder ya enderezar su gobierno y cada acto es solamente para llenarlo de más corrupción, más de lodo, más muertos y mayor destrucción de la estructura institucional de México.
Dice Roger Bartra que López se cuida mucho de no calificar como izquierda a su gobierno y lo que hace es tratar de que se piense que es así al calificar a todos sus críticos como conservadores y neoliberales, aunque bien a bien ni el mismo sepa qué es eso.
Los que vivimos el 94 y los años subsecuentes en la talacha periodística, nos acordamos de días oscurecidos por rumores, dobles versiones y finalmente, un gobierno que quedó obligado a pactar con los partidos de oposición o perecer.
Sabemos que López Obrador no tiene la capacidad de Ernesto Zedillo para reconocer la mala circunstancia y que además de su torpe arrogancia y estúpida elocuencia, es claro que el macuspano sabe que cualquier gobierno debidamente electo, lo meterá a él y toda su familia a prisión.
Los delitos de López, hermanos, esposa, hijos, colaboradores, van desde extorsiones, sobornos, dinero ilícito, peculado, daño patrimonial, omisiones a sus deberes, hasta homicidios imprudenciales, delincuencia organizada y genocidios deliberados.
Ojale este domingo usted y yo y todos los que amamos a México y amamos su libertad, participemos, y le digamos al deficiente y mal intencionado presidentge, que no puede hacer lo que le venga en gana, y que sus crímenes no quedarán impunes.